NOTA DEL BLOG: DE VERDAD QUE ESTOS TIPOS SE GANAN A PULSOS LOS INSULTOS
SÓLO UN ESTUPIDO COMO ÉL Y SUS COLEGAS DIRIA QUE ES ABSURDO BUSCAR A LOS ESTUDIANTES DE AYOTZINAPA EN BASES MILITARES .......SI EL MISMO ESTADO LOS DESAPARECIO Y ESTA COMPROBADO Y HASTA HAY DETENIDOS ..A LA MEJOR LO DICE PORQUE SABE DONDE ESTÁN ....POR SUPUESTO QUE SABEN DONDE ESTAN Y LO SABEN DESDE QUE DESAPARECIERON ...ESO ES UN MURMULLO GENERAL EN IGUALA
MURILLO SEGURAMENTE TAMBIEN DIJO "CONSIDERO ABSURDO QUE LA POLICIA HAYA DESAPARECIDO A LOS 43 DE AYOTZINAPA , BALEADO A OTROS Y HABERLE ARRANCADO LA PIEL DE LA CARA A OTRO JOVEN VIEJO ENDEJO Y CINICO
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SÓLO UN ESTUPIDO COMO ÉL Y SUS COLEGAS DIRIA QUE ES ABSURDO BUSCAR A LOS ESTUDIANTES DE AYOTZINAPA EN BASES MILITARES .......SI EL MISMO ESTADO LOS DESAPARECIO Y ESTA COMPROBADO Y HASTA HAY DETENIDOS ..A LA MEJOR LO DICE PORQUE SABE DONDE ESTÁN ....POR SUPUESTO QUE SABEN DONDE ESTAN Y LO SABEN DESDE QUE DESAPARECIERON ...ESO ES UN MURMULLO GENERAL EN IGUALA
MURILLO SEGURAMENTE TAMBIEN DIJO "CONSIDERO ABSURDO QUE LA POLICIA HAYA DESAPARECIDO A LOS 43 DE AYOTZINAPA , BALEADO A OTROS Y HABERLE ARRANCADO LA PIEL DE LA CARA A OTRO JOVEN VIEJO ENDEJO Y CINICO
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Murillo considera “absurdo” buscar a normalistas en bases militares
FUENTE: proceso.com.mx
IGUALA, Gro., (proceso.com.mx).- El Procurador General de la
República, Jesús Murillo Karam, dijo que el gobierno no buscará en bases
militares a los 43 normalistas desaparecidos, porque “sabemos que ahí
no están” y señaló que es “absurdo” suponerlo.
Cuestionado al término del anuncio del Operativo Tierra Caliente, en
una atropellada entrevista realizada antes de subirse al helicóptero que
lo llevaría de regreso a la ciudad de México, Murillo contestó
telegráficamente y con gesto de exasperación algunas preguntas
relacionadas con las declaraciones de los Abarca (la pareja detenida que
gobernaba Iguala), las lluvias en Cocula el día del supuesto asesinato
de los estudiantes.
Consultado sobre la exigencia de las familias de los normalistas de
que los jóvenes desaparecidos sean buscados en bases militares, el
titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), General
Salvador Cienfuegos, dijo a Proceso: “Eso depende del gabinete, no de
mí, si quieren revisar que revisen, no tenemos ningún problema”.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, no dio contestación a la pregunta cuando se le planteó.
Mientras los miembros del gabinete de Enrique Peña Nieto se retiraban
del astabandera donde se realizó el acto, decenas de militares
levantaban el escenario donde minutos antes se había echado a andar el
operativo de seguridad que tuvo como único público a periodistas,
policías federales, gendarmes y militares. No hubo pueblo. Tampoco
fueron requeridos presidentes municipales.
Los asientos designados a los ciudadanos fueron ocupados por soldados
vestidos de civil. La mayoría pertenecía al 27 Batallón de Infantería,
con sede en Iguala, el batallón señalado por no haber prestado auxilio a
los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa el día de la
cacería en su contra por parte de los policías municipales y sicarios,
que dejó el saldo de seis personas asesinadas (entre ellos tres
normalistas; uno desollado), decenas de heridos, 43 desaparecidos y una
crisis política que obligó a Peña Nieto a inventar un plan de seguridad.
A kilómetros de distancia del astabanderas plantada encima de un
cerro y con la bandera tricolor más grande de México (después de la del
Campo Marte), alejados del escenario y detrás de las vallas de
seguridad, un grupo de igualtecos exigía que el próximo 6 de diciembre
no sea reinstalada la policía municipal –la fecha la anunció el
Cabildo–, por considerarla cómplice de asesinatos y desapariciones de
personas (entre sus víctimas hubo incluso otros policías).
Los manifestantes cerraron el paso al gobernador interino de
Guerrero, Rogelio Ortega, a quien le plantearon que toda la corporación
estaba corrompida por el crimen organizado y no únicamente los 22
policías detenidos por PGR por la desaparición de los normalistas.
El gobernador les dio la razón: “Es una policía que agravió a Iguala y no se debe permitir que esta gente regrese aún con la capacitación que reciba. Nada más pensar que regrese se revive el temor”.
El gobernador les dio la razón: “Es una policía que agravió a Iguala y no se debe permitir que esta gente regrese aún con la capacitación que reciba. Nada más pensar que regrese se revive el temor”.
“No llovió en Cocula”.
En la entrecortada conversación que Proceso pudo realizar al
procurador Murillo Karam -quien no ha aceptado dar entrevistas a este
semanario-, el funcionario mencionó:
–¿Qué han declarado los Abarca sobre la desaparición de los 43 jóvenes?
–No han declarado absolutamente nada, se reservaron su derecho.
–Las familias (de los estudiantes desaparecidos) exigen que sean revisadas también las bases militares, ¿ahí ya buscaron?
–Hemos hecho toda la búsqueda que se nos ha solicitado, ahí no tenemos que buscar, sabemos que ahí no.
–¿No van a buscar en las instalaciones de la Sedena, en el 27 Batallón?
–La Sedena es la más preocupa buscándolos así que seria un absurdo que si los tuviera ahí, los buscara; es un absurdo completamente
–Entonces no serán buscados ahí.
–No tenemos que buscarlos lo que sabemos que no está. Es absurdo
–Se han seguido haciendo nuevas detenciones como las de ayer, ¿han surgido nuevas declaraciones?
–Los estamos declarando y al momento que tengamos las declaraciones las haremos públicas.
–¿Ha cambiado en algo la versión que usted dio sobre el basurero de Cocula? –se le preguntó en referencia al lugar donde supuestamente los estudiantes habrían sido asesinados, calcinados y triturados en pedazos.
–En absoluto
–¿Ni por las lluvias?
(Esto en referencia a los reportes que han existido sobre las lluvias que cayeron la noche del 26 de septiembre y la madrugada del día 27 sobre la región y que hubieran hecho imposible la quema de los estudiantes por 12 horas, como sostiene la versión de la PGR).
–¿Las lluvias?, mire usted todo el espacio –dijo el funcionario mostrando la vista panorámica hacia los cerros–, las lluvias que reporta el metereológico son lluvias en la región y dice (el reporte) ‘son chubascos aislados’. Puede haber llovido ahí y en ese cerro no. Nadie me puede decir si llovió o no llovió ahí, nadie y he preguntado a todos.
–La gente del lugar dice que sí llovió.
–¿La gente del lugar?, perdóneme, es un lugar como ese –dijo señalando un cerro despoblado– y es posible que sea por ahí. No hay una sola casa a 10 kilómetros a la redonda, no hay nadie, ¿ustedes vieron el video? No hay nadie, ni una sola casa alrededor, ni una, ni personas. Vacas sí, yo las vi, por cierto, flacas, sueltas.
–¿Habló con los cuidadores de las vacas?
–No había.
–Sí hay.
–Tráigamelos, para que los declare. Los voy a llamar para que declaren.
–Sobre las investigaciones del caso del joven que fue desollado…
–Fue suficiente. Ya contesté.
Con esas palabras dio por terminada la entrevista y se dirigió al helicóptero que transportó a los gobernadores y secretarios de Estado.
–No han declarado absolutamente nada, se reservaron su derecho.
–Las familias (de los estudiantes desaparecidos) exigen que sean revisadas también las bases militares, ¿ahí ya buscaron?
–Hemos hecho toda la búsqueda que se nos ha solicitado, ahí no tenemos que buscar, sabemos que ahí no.
–¿No van a buscar en las instalaciones de la Sedena, en el 27 Batallón?
–La Sedena es la más preocupa buscándolos así que seria un absurdo que si los tuviera ahí, los buscara; es un absurdo completamente
–Entonces no serán buscados ahí.
–No tenemos que buscarlos lo que sabemos que no está. Es absurdo
–Se han seguido haciendo nuevas detenciones como las de ayer, ¿han surgido nuevas declaraciones?
–Los estamos declarando y al momento que tengamos las declaraciones las haremos públicas.
–¿Ha cambiado en algo la versión que usted dio sobre el basurero de Cocula? –se le preguntó en referencia al lugar donde supuestamente los estudiantes habrían sido asesinados, calcinados y triturados en pedazos.
–En absoluto
–¿Ni por las lluvias?
(Esto en referencia a los reportes que han existido sobre las lluvias que cayeron la noche del 26 de septiembre y la madrugada del día 27 sobre la región y que hubieran hecho imposible la quema de los estudiantes por 12 horas, como sostiene la versión de la PGR).
–¿Las lluvias?, mire usted todo el espacio –dijo el funcionario mostrando la vista panorámica hacia los cerros–, las lluvias que reporta el metereológico son lluvias en la región y dice (el reporte) ‘son chubascos aislados’. Puede haber llovido ahí y en ese cerro no. Nadie me puede decir si llovió o no llovió ahí, nadie y he preguntado a todos.
–La gente del lugar dice que sí llovió.
–¿La gente del lugar?, perdóneme, es un lugar como ese –dijo señalando un cerro despoblado– y es posible que sea por ahí. No hay una sola casa a 10 kilómetros a la redonda, no hay nadie, ¿ustedes vieron el video? No hay nadie, ni una sola casa alrededor, ni una, ni personas. Vacas sí, yo las vi, por cierto, flacas, sueltas.
–¿Habló con los cuidadores de las vacas?
–No había.
–Sí hay.
–Tráigamelos, para que los declare. Los voy a llamar para que declaren.
–Sobre las investigaciones del caso del joven que fue desollado…
–Fue suficiente. Ya contesté.
Con esas palabras dio por terminada la entrevista y se dirigió al helicóptero que transportó a los gobernadores y secretarios de Estado.
Sospecha hacia el 27 batallón.
Las dudas sobre la participación del Ejército en Iguala, cuando los
normalistas estaban siendo atacados y detenidos por policías y sicarios,
no son exclusivas de las familias de las víctimas, también han sido
planteadas por la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional del Congreso,
la organización internacional Human Rights y el Centro de Derechos
Humanos “Tlachinollan” que exigió investigar la falta de prevención de
los hechos por parte del Ejército y la ausencia de información de
inteligencia sobre cómo operaban los grupos criminales en Iguala.
Algunos de los señalamientos contra los militares, que fueron
planteados en la edición 1984 de Proceso (8 de noviembre de 2014), en el
reportaje ‘Inacción militar que olió a complicidad’, son los
siguientes:
1. La cacería de estudiantes por parte de policías y sicarios del
cártel Guerreros Unidos duró más de tres horas y ocurrió a dos
kilómetros de distancia de las instalaciones del 27 Batallón. El
personal militar no sólo no acudió a verificar qué pasaba afuera de sus
instalaciones, también negó atención a los heridos que encontró la noche
del 26 de septiembre en el Hospital Cristina.
2. Existen evidencias de que no atendió las denuncias que había
recibido antes de la tragedia en las que se señalaba por comportamiento
criminal de las policías de Iguala y de Cocula.
3. Tenía una relación particular con el alcalde detenido José Luis
Abarca, a quien acompañaba a muchos de sus actos y a quien cedió un
terreno para su negocio.
4. El personal del 27 Batallón está señalado como culpable de desaparición forzada de seis jóvenes en el año 2010.
5. La tarde del 26 de septiembre, en la primera fila del informe de
gobierno de la presidenta del DIF de Iguala, María de los Ángeles
Pineda, esposa del presidente municipal José Luis Abarca, se encontraba
un enviado de la zona militar (sobre la identidad del invitado se
manejan cuatro nombres distintos).
6. Durante las semanas posteriores a la desaparición de los
estudiantes, cuando se realizaron brigadas de búsqueda ciudadanas, en no
pocas ocasiones dirigentes de la UPOEG se quejaron de que miembros del
Ejército bloquearon el paso a los parajes en Cocula e Iguala donde
tenían indicios de que podían estar los estudiantes y no apoyaron en los
operativos donde se requería su presencia.
Uno de los señalamientos directos contra el Ejército como cómplice de
las desapariciones de los normalistas lo hizo el Ejército Popular
Revolucionario (EPR) que, a través de un comunicado, indicó que los
jóvenes estaban retenidos en cuarteles militares.
“Los 43 normalistas que permanecen en desaparición forzada están
siendo torturados en los cuarteles de la Policía Federal, instalaciones
del Ejército y la Marina como sucedió en la represión del 28 de abril y
el 15 de octubre de 2012 en Michoacán, cuando los mantuvieron
desaparecidos temporalmente en las instalaciones de la academia de
policía donde fueron también brutalmente torturados”, indicó sin
precisar más datos.
En una supuesta ‘narcomanta’, firmada presuntamente por “El Cabo
Gil”, señalado por el gobierno federal como lugarteniente del líder del
grupo delictivo Guerreros Unidos, se menciona como parte de la
estructura criminal a un capitán y a un teniente del 27 Batallón de
Infantería, identificados sólo como Barbosa y Crespo. Este último existe
y apareció al lado del alcalde José Luis Abarca, en varios actos
públicos.
El 13 de noviembre pasado, el secretario Cienfuegos explicó a
legisladores que los integrantes del 27 Batallón no intervinieron en el
ataque contra los normalistas porque “siguieron un protocolo” que indica
que sólo pueden actuar a petición la autoridad local, y cuando
preguntaron a las policías municipal y estatal si pasaba algo en Iguala
éstas mintieron porque aseguraron que “no sucedía nada”.
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