NOTA DEL BLOG: ESTA ES LA CRITICA MAS DURA , DIRECTA Y CONTUNDENTE QUE HE LEIDO SOBRE ENRIQUE PEÑA NIETO ...ES JORGE RAMOS QUIEN LA HACE LEELA VALE LA PENA A LA MEJOR ESTAS DE ACUERDO CON ÈL
SI YA ENTRASTE NO DEJES DE VER EL PRINCIPIO DEL VIDEO DE HASTA ABAJO ..ME IMPRESIONÒ ¡NO LO HABIA ESCUCHADO ES EL MISMO JORGE RAMOS EN UNA GALA DONDE PRACTICAMENTE LE PIDE LA RENUNCIA AL PRESIDENTE MEXICANO
UN PRESIDENTE PARALIZADO
FUENTE JORGERAMOS ES UNO DE LOS 100 PERIODISTAS MAS INFLUYENTES DEL MUNDO
(Julio 20, 2015)
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SI YA ENTRASTE NO DEJES DE VER EL PRINCIPIO DEL VIDEO DE HASTA ABAJO ..ME IMPRESIONÒ ¡NO LO HABIA ESCUCHADO ES EL MISMO JORGE RAMOS EN UNA GALA DONDE PRACTICAMENTE LE PIDE LA RENUNCIA AL PRESIDENTE MEXICANO
UN PRESIDENTE PARALIZADO
FUENTE JORGERAMOS ES UNO DE LOS 100 PERIODISTAS MAS INFLUYENTES DEL MUNDO
Hay conductas que no cambian, que son repetitivas.
En México, cada vez que hay una crisis grande, el presidente Enrique Peña Nieto se achica.
Tres graves eventos han marcado su
presidencia: la masacre de los estudiantes de Ayotzinapa, las
acusaciones de corrupción por la casa que su esposa le compró a un
contratista del gobierno y el escape del Chapo. Y en los tres casos Peña
Nieto se ha empequeñecido y no ha dado la cara.
Es un estilo muy particular de gobernar.
En lugar de enfrentar las crisis, se esconde. En lugar de buscar
soluciones, da excusas. En lugar de actuar como líder y tomar
responsabilidad, envía a otros a hablar por él.
Eso exactamente hizo cuando se escapó el
Chapo. En lugar de regresar a México a enfrentar la peor crisis de
seguridad de su sexenio, se quedó en Francia y ni siquiera acortó su
visita. Eso se llama vacío de poder.
Cuando el narcotraficante Pablo Escobar
-el más peligroso del planeta en 1992- se escapó de la cárcel, el
presidente colombiano Cesar Gaviria inmediatamente suspendió una
importante visita a Madrid.
Peña Nieto no hizo eso. Envió a otra persona
a enfrentar esa humillación internacional. Pero no funcionó.
Fue vergonzoso escuchar a su Secretario
de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, presumir cínicamente en una
conferencia de prensa del sistema penitenciario mexicano.
¿Cómo puedes
presumir de tus cárceles cuando se te acaba de escapar el
narcotraficante más poderoso del mundo?
En ningún momento lo escuché decir: nos
equivocamos. Jamás oí: hice mal mi trabajo, ofrezco mi renuncia. Fue
penoso el argumento de Osorio Chong de que el Chapo se pudo escapar
debido a que se respetaron sus derechos humanos y su privacidad en su
celda. No. Se escapó por incompetencia, corrupción e impunidad.
Los errores cometidos tras la
escapatoria del Chapo no son nuevos. Luego de la matanza y desaparición
de 43 estudiantes de Ayotzinapa el pasado mes de septiembre, Peña Nieto
se volvió a esconder. Otros hablaban por él. Al final, cedió a la
presión. Pero se tardó 10 días en hablar (en público) por primera vez
del caso y más de un mes en recibir a los familiares de las víctimas.
Peña Nieto hizo lo mismo (o, más bien,
dejó de hacer) cuando la periodista Carmen Aristegui y su equipo
denunciaron un acto de corrupción y de conflicto de intereses en la
compra de la llamada “Casa Blanca”. El presidente, de nuevo, no dio la cara y continuó con su viaje a China. Más tarde, fue su esposa quien habló por él.
Angélica Rivera salió en las redes
sociales con un apresurado video amateur a explicar cómo le estaba
pagando una casa de siete millones de dólares a un contratista del
gobierno de su esposo. Luego, ella prometió vender la casa. Eso no ha
ocurrido todavía. Tampoco hay detalles de la supuesta investigación que
un empleado del presidente está realizando sobre esa inusual y
sospechosa transacción. (Guatemala, dicho sea de paso, está dándole un
ejemplo a México de cómo deben enfrentarse los casos de corrupción
cuando apuntan a la presidencia.)
Tres graves crisis, tres terribles
ausencias. Muchos mexicanos, acostumbrados a presidentes fuertes y
autoritarios, no reconocen a un líder débil, esquivo y que se niega a
dar conferencias de prensa; no ha dado una sola en tres años.
Solo eso
puede explicar la foto de dos jóvenes mexicanos en el diario español, El
País, con una burlona cartulina que decía: “Se les peló el Chapo”. Las encuestas también hablan de un hartazgo y de una falta de confianza en la labor presidencial.
El pensamiento mágico de Peña Nieto es
creer que las cosas desaparecen si no se habla de ellas. Se equivoca. No
le gusta hablar de la narcoviolencia pero desde que llegó a la
presidencia han sido asesinados 42,408 mexicanos, según cifras
oficiales. (Aquí está la fuente http://bit.ly/1KTkyif)
Peña Nieto y sus asesores creen que
están en 1968 o en 1988 cuando se podía ocultar la realidad guardando
silencio o censurando a los medios.
Ya no. Las redes sociales los
desbordan, hay periodistas mexicanos muy valientes que denuncian los
abusos y la prensa internacional no los deja mentir.
Lo menos que podemos pedirle a un
presidente es que presida, que rinda cuentas y que no se esconda. (Es
una cuestión de accountability, como dicen en inglés.) Ante las grandes
crisis de México, Peña Nieto ha sido un presidente paralizado. Casi
irrelevante. Y así no solo se escapa el Chapo; el futuro también.
Por Jorge Ramos Avalos.(Julio 20, 2015)
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