NOTA DEL BLOG:
FUENTE ELDIARIONY
ELPAIS
“Además son productos que no se pierden y que uno puede usar más tarde”, puntualizó.
Según los pronósticos, el área de Washington, D.C., podría batir el récord de 1922, cuando registró 28 pulgadas de nieve, en una tormenta que causó el colapso de un teatro y dejó un centenar de muertos. Para este fin de semana, las autoridades pronostican hasta 30 pulgadas de nieve en algunas partes.
La página web “FlightAware” da cuenta de la cancelación de más de 6,200 vuelos en todo el país, entre hoy y mañana sábado, debido a la tormenta.
En una breve declaración, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, dijo hoy que tanto el Departamento de Seguridad Nacional como la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias están vigilando de cerca la tormenta de nieve que ya está golpeando la costa Este del país, y están preparadas para ofrecer asistencia a las autoridades locales.
Johnson alentó al público a que obedezca las advertencias e instrucciones de las autoridades, y visité esta página web Ready.gov para saber qué hacer antes, durante y después de la tormenta.
En víspera de la llegada de la tormenta, el Servicio Nacional de Meteorología advirtió el jueves en letras mayúsculas que la tormenta de nieve y hielo “causará condiciones peligrosas y será una amenaza para la vida y la propiedad”.
“No realicen viajes, y si tienen que hacerlo… tengan listo un equipo de supervivencia para el invierno”, reza la advertencia.
Esos equipos de emergencia cuestan caro y ya se agotaron en el Walmart de Washington, donde también hubo venta loca de palas y sal para la nieve.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser enfatizó que se trata de “un asunto de vida o muerte”.
A juzgar por las largas colas en los mercados y la espera por un estacionamiento, los residentes están tomando en serio las advertencias.
FUENTE ELDIARIONY
ELPAIS
Tormenta Jonas causa pánico entre residentes del área de Washington
La capital de EE UU puede quedar cubierta este fin de semana por más de 60 cm de nieve
Washington
Más de 70 millones de ciudadanos en alerta, 6.000 vuelos
cancelados, el sistema de transporte público y colegios de la capital de
Estados Unidos cerrados hasta el lunes y empleados públicos con orden
de abandonar sus puestos de trabajo antes del mediodía. Son algunas de
las medidas tomadas por las autoridades de Washington, Maryland y
Virginia ante la llegada de una tormenta de nieve que puede paralizar la
región. La tempestad, con acumulaciones de nieve por encima de los 60
cm, comenzó a primera hora de la tarde del viernes y se espera que no
cese hasta la madrugada del domingo.
“Quiero ser muy clara con todos los ciudadanos, esta es una
tormenta monstruosa”, declaró la alcaldesa de Washington, Muriel
Bowser, mientras la ciudad terminaba de prepararse para la que puede ser
una de las peores tempestades de su historia. El viernes por la tarde,
alertó de que "desafortunadamente sigue habiendo demasiadas personas en
la carretera", a pesar de la rápida llegada de la tormenta, calificada
por Bowser como “una cuestión de vida o muerte”. La ciudad no ha
experimentado una tormenta similar en más de 90 años y ha requerido la
presencia de la Guardia Nacional en apoyo a la policía y bomberos
locales.
Las autoridades de Nueva York y Filadelfia también han emitido sus
respectivas alertas ya que la tormenta también puede impactar
significativamente los centros urbanos, aunque con acumulaciones menores
—30 cm de nieve en Nueva York y entre 25 y 42 cm en Filadelfia. La
combinación de bajas temperaturas, precipitación en forma de nieve y
fuertes vientos de entre 60 y 90 km/h hacen temer cortes de
electricidad. En total, más de 70 millones de personas pueden verse
afectadas en una región que abarca desde Georgia hasta el norte del
Estado de Nueva York.
“Tiene potencial para convertirse en una tormenta
extremadamente peligrosa”, declaró este jueves Louis Uccellini, director
del Servicio Nacional de Meteorología. Uccellini estimó que los daños
por el viento y la nieve tienen capacidad para paralizar la costa Este
de Estados Unidos hasta el lunes y que su coste puede ascender a 1.000
millones de dólares. Las previsiones alertan de posibles inundaciones y
crecidas en el nivel del mar entre Delaware y Nueva York, aunque no
serán equiparables a las provocadas por el Huracán Sandy en 2012.
Los gobernadores de Carolina del Norte, Maryland, Virginia,
Pennsylvania y Tennessee, junto con el Distrito de Columbia, han
declarado el Estado de emergencia para poder desplegar los recursos
necesarios en respuesta a la tormenta. En Washington, desde las 7 de la
mañana trabajan las autoridades de tráfico para retirar los vehículos
aparcados en vías de emergencia para que puedan avanzar las máquinas
quitanieves. Los preparativos para la tormenta habían dejado los
principales supermercados de la capital con estantes vacíos desde el
jueves y el Congreso ha pospuesto las votaciones del próximo lunes al
martes en previsión por posibles cierres de transporte a principios de
la semana que viene.
Varias líneas aéreas anunciaron cancelaciones de vuelos
desde la tarde del viernes en anticipación por la tormenta. Los más
afectados son Dulles International y Reagan National en Washington, el
aeropuerto Internacional de Baltimore y Newark (en Nueva Jersey). En
Nueva York, el ayuntamiento ha prohibido aparcar en vías principales y
ha desplegado a más de 1.000 trabajadores para garantizar el
funcionamiento del metro. Se espera que la tormenta llegue a la ciudad
entre las 6 y las 8 de la madrugada del sábado.
La capital del país puede sufrir este fin de semana una de
las peores tormentas registradas hasta ahora, más fuerte que la de 2010,
que dejó 45.2 cm de nieve. El ayuntamiento ha ordenado el cierre
completo del sistema de transporte urbano -incluida la segunda red de
metro con más viajeros del país- durante tres días. Las autoridades han
establecido el cierre de oficinas federales a partir de mediodía y han
pedido al resto de ciudadanos que abandonen el centro de la capital a
partir de esa hora para evitar aglomeraciones en las vías de salida de
Washington por carretera.
Se agotan productos en las tiendas, mientras la tormenta causa
cierre de colegios y oficinas, embotellamiento de tráfico y cancelación
de vuelo
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Ante la que se considera una de las peores tormentas invernales en el noreste de EEUU,
la tormenta Jonas ha sembrado el pánico entre los residentes del área
capitalina, que este viernes acudieron en masa a los supermercados,
mientras las autoridades ordenaron el cierre de escuelas y oficinas del
gobierno, la cancelación de miles de vuelos, y la suspensión del transporte público para todo el fin de semana.
En una escena que se repite tanto en Washington como en los suburbios de Maryland y Virginia, la acumulación de una espesa nieve pintaba de blanco los techos, céspedes, aceras y calles en toda el área, cual tarjeta postal que, no obstante, ocultaba el caos en las tiendas que pronto agotaron sus productos de primera necesidad, como agua, baterías, pan, leche, huevos, y hasta papel higiénico.
“Vine acá al (supermercado) Giant y lo primero que me encontré es que ya no habían carritos para cargar la comida. Ya no hay agua ni pan, y las filas son inmensas,
y tuve que ir a otras tiendas y aún así no me puedo conseguir baterías.
Me quedaré a pura candela si se nos va la luz”, dijo a este diario la
costarricense Maribel Teherán, residente en Gaithersburg (Maryland).
Teherán no cree que las autoridades exageran con sus pronósticos de
mal tiempo porque “hay que estar preparados, y es mejor prevenir que
lamentar”.
“Además son productos que no se pierden y que uno puede usar más tarde”, puntualizó.
Según los pronósticos, el área de Washington, D.C., podría batir el récord de 1922, cuando registró 28 pulgadas de nieve, en una tormenta que causó el colapso de un teatro y dejó un centenar de muertos. Para este fin de semana, las autoridades pronostican hasta 30 pulgadas de nieve en algunas partes.
La página web “FlightAware” da cuenta de la cancelación de más de 6,200 vuelos en todo el país, entre hoy y mañana sábado, debido a la tormenta.
Ya el miércoles, con apenas una pulgada
de nieve, las imágenes de televisión mostraban enormes atascos de
tránsito, y en las redes sociales, los vecinos comentaban trayectos de
hasta siete horas para regresar a casa. Las autoridades reportaron al
menos 750 accidentes de tráfico la noche del miércoles.
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Tampoco el presidente Barack Obama escapó al caos en las carreteras: su caravana al regresar de Detroit (Michigan) también afrontó enormes demoras entre la base aérea Andrews y la Casa Blanca.En una breve declaración, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, dijo hoy que tanto el Departamento de Seguridad Nacional como la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias están vigilando de cerca la tormenta de nieve que ya está golpeando la costa Este del país, y están preparadas para ofrecer asistencia a las autoridades locales.
Johnson alentó al público a que obedezca las advertencias e instrucciones de las autoridades, y visité esta página web Ready.gov para saber qué hacer antes, durante y después de la tormenta.
En víspera de la llegada de la tormenta, el Servicio Nacional de Meteorología advirtió el jueves en letras mayúsculas que la tormenta de nieve y hielo “causará condiciones peligrosas y será una amenaza para la vida y la propiedad”.
“No realicen viajes, y si tienen que hacerlo… tengan listo un equipo de supervivencia para el invierno”, reza la advertencia.
Esos equipos de emergencia cuestan caro y ya se agotaron en el Walmart de Washington, donde también hubo venta loca de palas y sal para la nieve.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser enfatizó que se trata de “un asunto de vida o muerte”.
A juzgar por las largas colas en los mercados y la espera por un estacionamiento, los residentes están tomando en serio las advertencias.
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