NOTA DEL BLOG:
Es el reportaje completo ...a GobTam a veces le da por desaparecer todas las revistas de Tamaulipas ....sabrá dios porqué ......... ¿será porque a veces le tunden al gobernador de chiripa?............ si me refiero a Egidio Torre Cntú
FUENTE: PROCESO
Blogspot fredalAlvareza
Es el reportaje completo ...a GobTam a veces le da por desaparecer todas las revistas de Tamaulipas ....sabrá dios porqué ......... ¿será porque a veces le tunden al gobernador de chiripa?............ si me refiero a Egidio Torre Cntú
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La caída de Treviño Morales/Proceso
Cae Treviño y
lo releva... Treviño/
Publicado en la
revista revista Proceso # 1916, 21 de julio de
2013
El lunes 15, en
una operación tan increíble como contradictoria el gobierno mexicano capturó a
Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, líder del grupo delictivo Los Zetas.
Menos de un año antes había sustituido en esa posición a Heriberto Lazcano, El
Lazca, presuntamente muerto en un confuso operativo. En su edición 1878, del 18
de octubre de 2012 (Una familia de zetas), Proceso exponía ya que Miguel Ángel
pertenece a una dinastía –fueron 13 hermanos oriundos de Nuevo Laredo,
Tamaulipas– que forma parte de la estructura del cártel en cuyo origen
estuvieron desertores de grupos de élite del Ejército. Su hermano José enfrenta
un proceso judicial en Estados Unidos y otro hermano, Óscar Omar, El Z-42, es
visto de manera natural como el próximo jefe de la organización que abarca con
sus actividades una parte cada vez más amplia de la geografía
nacional.
**
Hermanos de
sangre/Anabel Hernández
Publicado en la
revista revista Proceso # 1916, 21 de julio de
2013
La aprehensión
de Miguel Ángel Treviño Morales, cabeza de Los Zetas, le sirvió al gobierno
mexicano para festejar por adelantado un supuesto fin de la violencia criminal
extrema. Pero en realidad –como ocurrió con la presunta muerte del anterior
líder del grupo criminal, Heriberto Lazcano– nada indica que la situación
vaya a cambiar. La mafia nacida al amparo del Cártel del Golfo está bien
estructurada y en estos momentos es posible que Omar Treviño, El Z-42, hermano
del capo detenido, ya tenga en las manos las riendas de ese grupo delictivo,
cuya influencia saltó de Tamaulipas para abarcar buena parte del Continente
Americano.
–Escucha,
carnal… ¿supiste lo de la casa que allanaron en el kilómetro 14, por ahí donde
Poncho y el otro fueron, carnal, donde fueron cocinados? Está volviéndose un
desmadre lo de esos tipos, man –dice vía telefónica Gabriel Cardona
Ramírez.
Este operador
local de Los Zetas, conocido como El Pelón, habla el 10 de abril de 2006 desde
una casa de seguridad en el número 9006 de Orange Blossom Loop, en el suburbio
de Highland Park, Laredo.
Pocos días
antes, el 31 de marzo de 2006, El Pelón, El Z-40 y Jesús González planearon en
territorio estadunidense el secuestro y asesinato de Jorge Alfonso Avilés
Villarreal (El Poncho al que se refería), de 19 años, y de su primo Inés
Villarreal, de 14, por creer que trabajaban para sus rivales del Cártel de
Sinaloa.
Familiares de
ambos jóvenes –quienes eran residentes de Estados Unidos– hicieron la denuncia
correspondiente pocas horas después de saber que un comando se los había llevado
a punta de pistola del bar Eclipse en Nuevo Laredo, Tamaulipas, por lo que el
Buró Federal de Investigación (FBI) comenzó su búsqueda.
–El FBI se está
involucrando y todo… pero eso no es problema, man. No es problema, fue hecho al
otro lado. Pero ellos sólo nos miran qué estamos haciendo –sigue Cardona en su
conversación telefónica, como quien cuenta una proeza, cuando el gobierno
estadunidense ya tiene intervenida su línea y graba la plática.
–Ellos no saben
en qué lugar estamos ahora, amigo, porque ya no nos están siguiendo, carnal.
Porque en la camioneta, cuando nos estaban persiguiendo, ¡pum!, cruzamos en la
camioneta al otro lado, carnal. Fue como ¡pum!, la camioneta cruzó otra vez y
ellos detuvieron a Aurora… y cuando ya estábamos al otro lado ¡pum!, nos venimos
en coches que nunca habían estado en Estados Unidos. No deberían actuar como
idiotas. Pero, ¡yeah!, están buscando al Poncho y al otro tipo. Pronto van a
salir en la lista de extraviados de Laredo.
Del otro lado
de la línea, un joven escucha entusiasmado y suelta una sonora
carcajada.
–¿Dónde los
cocinaste, cabrón? –pregunta el interlocutor.
–¡Ahí mismo, en
la casa! –responde Cardona con otra carcajada– Murieron por los golpes, amigo.
¡Sólo se murieron, sólo se murieron, mierda!
–**** madre, ¿no
pudieron soportarlo, cabrón? –dice el joven con sorna.
–No, cabrón.
No, man, ¡deberías haber estado ahí, carajo! Es sólo que, ¡***** madre!, un
poco, si hubieras esperado un poco más para ir con Mike habrías visto al Poncho,
amigo. ¡Estaba llorando y llorando como un marica! “No man, yo soy tu amigo”
–imita la voz de su víctima–. ¡Cuál amigo, hijo de puta, cierra la boca! Y
¡pum!, agarré una p*** botella y ¡slash!, le corté todo su vientre y ¡pum!,
estaba sangrando; agarré una pequeña taza y ¡pum!, la pequeña taza ¡pum!, ¡pum!,
la llené de sangre y ¡pum!, se lo dediqué a la Santísima Muerte –narra
excitado–. Luego fui con el otro maricón y ¡slash!, lo corté y lo mismo
–describe.
Cardona fue
capturado. Firmó su confesión en agosto de 2008. Durante su juicio se reprodujo
la citada grabación, copia de cuya transcripción tiene Proceso y de la cual se
tomaron textualmente los párrafos anteriores. El criminal fue condenado a cadena
perpetua.
A raíz de
ese caso el gobierno estadunidense inició en 2008, en la Corte de Distrito Sur
de Texas, el primer proceso criminal –el L-08-0244– contra Miguel Ángel Treviño
Morales, su hermano Óscar Omar y sus secuaces, acusados de narcotráfico y
homicidio.
El lunes 15
Miguel Ángel fue capturado por la Marina, según la versión oficial, en un paraje
de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El
sucesor
Un amplio
informe elaborado en 2012 por el Centro Nacional de Planeación, Análisis e
Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la Procuraduría
General de la República (PGR), al que este semanario tuvo acceso, señala que
luego de sufrir duros embates durante los sexenios de Vicente Fox y de Felipe
Calderón, Los Zetas adquirieron la capacidad de adaptarse, sobrevivir y
expandirse.
De acuerdo con
ese documento, en la estructura de mando de Los Zetas hay dos figuras
relevantes: la primera es Omar Treviño Morales, El Z-42, hermano de Miguel
Ángel. La segunda es un hombre que no aparece en las notas periodísticas ni en
los boletines de prensa: José Ángel Sobrevilla Gutiérrez, “colaborador y
administrador del Z-40”, originario de Nuevo León.
Luego de la
declaratoria oficial de la muerte de Heriberto Lazcano, El Lazca, en octubre de
2012, este semanario publicó una amplia biografía de los Treviño Morales
(Proceso 1878, Una familia de zetas). Omar, quien usa los alias de Alejandro o
Z-42, cumplió 37 años en junio pasado; pero su edad no lo hace inexperto en el
mundo criminal. De acuerdo con el organigrama del Cenapi estaba a la par en
rango que su hermano Miguel Ángel antes de la presunta muerte de Lazcano, lo
cual le da ascendencia en Los Zetas y la posición de sucesor obvio.
Según los dos
expedientes criminales abiertos en su contra en Estados Unidos en 2008 y 2012,
El Z-42 es uno de los mandos de Los Zetas y le atribuyen las operaciones para
introducir droga y dinero ilícito a Estados Unidos.
Además el
gobierno estadunidense acusa a Omar de haber rentado en Laredo la casa desde la
cual Cardona Ramírez planeó el secuestro y asesinato del Poncho e
Inés.
Adaptación
“Esta
organización mantiene una estructura consolidada, con capacidades de adaptación
y escalamiento a nivel internacional, ya que a pesar de los embates en contra de
su estructura original y las acciones por parte de la Federación (Cártel de
Sinaloa y aliados), Los Zetas no han demostrado disminuciones en su capacidad
operativa, derivada del grado de alineación que los ha consolidado”, indica el
informe del Cenapi.
“Entre las
actividades coercitivas realizadas por Los Zetas destacan los ilícitos de
extorsión, homicidio, privación ilegal de la libertad en la modalidad de
secuestro, así como cobro por derecho de piso, adquisición de drogas ilícitas de
sus adversarios y compra de clorhidrato de cocaína en Colombia. Asimismo,
derivado de su modus operandi, Los Zetas recurren a la violencia extrema para el
desarrollo del mismo.”
El informe
distingue cuatro etapas en el desarrollo de la organización
criminal.
La primera va
de 1999 a 2003, cuando fungía sólo como grupo de sicarios del Cártel del Golfo.
La segunda, de 2003 a 2009, cuando ascendieron en la estructura criminal y
empezaron a participar como socios en la compra de drogas ilícitas y colaborando
con aquella organización para retener o ampliar mercados.
La tercera se
inició en 2009, con la extradición de Osiel Cárdenas Guillén, jefe del Cártel
del Golfo, a Estados Unidos. Y a principios de 2010 Los Zetas se escinden de la
organización entonces llamada Cártel del Golfo-Zetas, se independizan y se alían
con el Nuevo Cártel de Juárez y con la mafia de los hermanos Beltrán
Leyva.
El Cenapi
señala que en la búsqueda de engrosar sus filas para mantener el control
territorial, Los Zetas han aplicado diversas formas de reclutamiento que les
permiten tener una gran cantidad de miembros.
“Se ha logrado
establecer que reclutan a jóvenes en edad de cursar la educación media y
superior, entre 15 y 30 años, para encubrir y proteger el desarrollo de
actividades delictivas, especialmente en lo que se refiere al transporte de
cargamentos de droga, así como para informar sobre acciones que realizan las
Fuerzas Armadas en su contra –halcones–. Los nuevos elementos en reclutamiento
obtienen de manera inmediata un arma de fuego de uso exclusivo del Ejército;
además, se les provee de un aparato de comunicación tipo Nextel y el pago en
efectivo de más de 100 dólares durante su instrucción”, se señala.
El documento
revela un dato inédito. El reclutamiento de adolescentes y jóvenes ha quedado
evidenciado “al valorar las características físicas de las víctimas de los
enfrentamientos entre grupos delictivos antagónicos, así como con elementos del
Ejército, cuyas edades oscilan entre 16 y 25 años, jóvenes cooptados
desempleados que pueden reclutarse en cualquier colonia marginada de ciudades
como Matamoros o Nuevo Laredo”.
Pero también en
la búsqueda de gente “preparada” y con “conocimientos de campo”, Los Zetas
optaron por la liberación de reos. El sexenio pasado abundaron las fugas masivas
de varias cárceles.
Todo
México
Los Zetas
tienen presencia en 28 estados y el Distrito Federal. Sólo la península de Baja
California y Tlaxcala están libres de su presencia, según datos del informe
referido.
Controlan
Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas, Tabasco, Veracruz, Nuevo León,
Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla. Y concentran sus operaciones en
las entidades localizadas en la costa del Golfo de México y en el sureste. “Esta
región representa para Los Zetas la existencia de una diversidad de rutas de
tráfico, óptimas para seguir ampliando su presencia y/o consolidar sus
actividades en otros países, sumado a la tercera fuente de ingresos ilegal a la
que más organizaciones delictivas recurren, que es la trata y tráfico de
personas”, se señala en el documento del Cenapi.
Se afirma que
Los Zetas tienen alianzas “de conveniencia” con el Nuevo Cártel de Juárez en
Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora. Y con la organización de los Beltrán Leyva
en Sinaloa, Sonora y Nayarit. Gracias a éstos, Los Zetas pudieron acceder al
mercado internacional del tráfico de drogas, en especial de
cocaína.
Aprovecharon
los contactos de los Beltrán Leyva en Colombia. Ellos “proveían cargamentos que
Los Zetas se encargaban de transportar a Estados Unidos a través de rutas
establecidas en estados de la República Mexicana, por lo regular colindantes con
el Golfo de México”.
El documento
señala que esas rutas estratégicas fueron organizadas y diseñadas por Nabor
Vargas García, El Débora, quien hasta 1999 pertenecía al Cuerpo de Guardias
Presidenciales. “Gracias al Débora las carreteras que van desde Cancún hasta
Matamoros fueron controladas por Los Zetas”, indica.
El Débora fue
detenido en Campeche en 2007, pero eso no provocó que Los Zetas perdieran el
control de la zona.
El informe
señala que Los Zetas buscaron en especial el control de las costas del Golfo de
México por un evidente interés estratégico, el de consolidar rutas para el
traslado de mercancías ilegales hacia Estados Unidos, trátese de “cubanos
queriendo llegar a Miami o toneladas de cocaína colombiana con destino a Nueva
York”.
La
expansión
“Para Los Zetas
el 2011 representó la ostentación de una mayor presencia, particularmente en
los estados fronterizos de Estados Unidos con México (Texas, Arizona y Nuevo
México) y los países centroamericanos, en especial en Guatemala”, sostiene el
documento del Cenapi.
Asegura que en
los últimos años Los Zetas expandieron sus operaciones a Centroamérica,
principalmente a Guatemala, “aunque también se cuenta con indicios respecto a su
presencia en algunos países de Sudamérica”.
La detención de
zetas o de integrantes de organizaciones criminales asociadas con ellos en otros
países son otra muestra de su expansión. En julio de 2010 el viceministro de
Defensa Social de Bolivia, Felipe Cáceres, afirmó que hay una conexión entre
clanes familiares de narcotraficantes bolivianos y Los Zetas. Bolivia es el
tercer país productor de hoja de coca y de cocaína, después de Colombia y Perú.
En paralelo a la presencia zeta, “la violencia en Bolivia va en ascenso”, señala
el Cenapi.
La actividad de
Los Zetas en Colombia quedó expuesta con la detención de Jerson Enrique Camacho
Cedeño, El Flaco, en 2010. “Camacho Cedeño mantenía negocios con Los Zetas y es
considerado uno de los principales narcotraficantes de Los Comba, organización
liderada por los hermanos Luis Enrique Calle Serna y Javier Antonio Calle
Serna”, se indica en el documento.
Tras la
captura, en 2011, de cuatro integrantes de Los Paisa –organización criminal de
Barranquilla– se supo que en coordinación con Los Zetas controlaban las rutas de
tráfico de drogas entre Colombia, Centroamérica y Estados Unidos.
“También hay
indicios de que Los Zetas tienen vínculos con la denominada Oficina de Envigado,
donde se ubica a Maximiliano Bonilla Orozco (a) Valenciano, como el encargado de
recibir cargamentos de cocaína –en especial del Ejército de Liberación Nacional,
ELN, y Bacrim–, para después distribuirla en México a través de Los Zetas”,
señala el informe cuya copia tiene Proceso.
En noviembre de
2010 se difundió en El Salvador una lista de personas investigadas por sus
posibles nexos con delincuentes mexicanos; entre ellos había dos oficiales de
élite de la Fuerza Aérea Salvadoreña: Carlos Enrique Nieto Martínez y José
Arturo Rodríguez Martínez, “que habrían sido contactados por Los Zetas para
adiestrar a mexicanos y a pandilleros salvadoreños en tácticas
militares”.
El ministro de
Defensa de El Salvador, David Munguía Payes, señaló en marzo de 2011 que se
tenía información sobre la “presencia de algunos líderes pandilleros
salvadoreños en Guatemala recibiendo capacitación en el tráfico ilícito de
drogas de parte de Los Zetas”.
“En la XXVIII
Conferencia Internacional para el Control de las Drogas, realizada en Cancún,
Quintana Roo, a principios de abril de 2011, un integrante de la delegación
estadunidense declaró que los cárteles de Sinaloa y de Los Zetas (sic) son los
dos grupos del narcotráfico que predominan en Centroamérica, una región que se
mantiene como una importante ruta del trasiego de cocaína hacia Estados Unidos”,
señala el documento del Cenapi
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