NOTA DEL BLOG:
La novedad aquí es el audio filtrado de la confesion del NarcoCDG sobrino de los hermanos CARDENAS GUILLEN 2 presos y uno eliminado Abajo de los audios el reportaje original del 1 de octubre del 2012 por
Pasar de una posible cadena perpetua a unos pocos años en prisión,
protegido y con algunas ventajas para su familia. Eso fue lo que consiguió a
cambio de información Rafael Cárdenas Vela, el sobrino de Osiel Cárdenas y
exintegrante del Cártel del Golfo, quien será juzgado en una corte federal
texana. Todo lo que ha revelado consta en un amplio expediente del Departamento
de Justicia de Estados Unidos –enriquecido por esta instancia con datos de la
DEA y el ICE– al que este semanario tuvo acceso.
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Pasar de una posible cadena perpetua a unos pocos años en prisión, protegido y con algunas ventajas para su familia. Eso fue lo que consiguió a cambio de información Rafael Cárdenas Vela, el sobrino de Osiel Cárdenas y exintegrante del Cártel del Golfo, quien será juzgado en una corte federal texana. Todo lo que ha revelado consta en un amplio expediente del Departamento de Justicia de Estados Unidos –enriquecido por esta instancia con datos de la DEA y el ICE– al que este semanario tuvo acceso.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En una copia de la experiencia colombiana, el narcotraficante mexicano Rafael Cárdenas Vela pactó con la justicia de Estados Unidos a cambio de una pronta liberación. El sobrino de Osiel Cárdenas Guillén se declaró culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos, optó por un juicio rápido, se comprometió a pagar una millonaria multa y a estar durante un tiempo bajo vigilancia.
En lugar de una sentencia de cadena perpetua o de varios lustros, en algunos años podría estar en la calle. En contrapartida, ha comenzado a dar santo y seña de la manera en que operó el ahora diezmado Cártel del Golfo (CDG) la última década, durante los gobiernos de Fox y Calderón, con la protección de autoridades civiles, militares, estatales y locales.
Su disposición como colaborador la demostró el pasado martes 25 durante el juicio que se sigue en la corte del Distrito Sur de Texas, en Brownsville, contra Juan Roberto Rincón Rincón, El X-5 o El Primo, por posesión y conspirar para traficar droga a Estados Unidos cuando fue jefe del CDG en Río Bravo, Tamaulipas.
Su testimonio contra uno de los miembros de la organización delictiva en la que participó siguió a la serie de detenciones que se han hecho en México de varios miembros del cártel, incluidos Mario Cárdenas Guillén y Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, quienes se disputaban el control del CDG.
En sus primeras declaraciones públicas Cárdenas Vela, conocido como Junior, Comandante 900 o Rólex, contó la manera en que operaba para comprar a las autoridades municipales, estatales y federales, así como las divisiones y traiciones en el CDG tras la detención de Osiel en 2003 y la ejecución de su hermano Ezequiel, Tony Tormenta, por parte de infantes de marina en 2010 (Proceso 1840).
Declaraciones más detalladas, con nombres y apellidos se esperan cuando hable en defensa propia en el caso penal 1:11-cr-01022 que se instruye en su contra en esa misma Corte, a la que ya le pidió que apresure el juicio.
Después de esa petición, hecha el 15 de febrero de 2012, llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para declararse culpable. De su puño y letra estampó su nombre el 12 de marzo de este año para formalizar el arreglo con el Departamento de Justicia.
Rafael Cárdenas Vela se declaró culpable de uno de los cuatro cargos que se le imputan, el de conspirar para poseer y distribuir por lo menos cinco kilos de cocaína y una tonelada de mariguana.
En la misma causa de Cárdenas Vela están implicados Francisco Javier Escalante Jiménez y Germán Alejandro Huízar Marroquín, quien también ya acordó con el gobierno estadunidense declararse culpable.
A cambio de la declaración de culpabilidad y testimonio verdadero ante la Corte por parte de Cárdenas Vela, el gobierno estadunidense recomendará al juez del caso que le otorgue total crédito a su aceptación de responsabilidad para el retiro de los otros cargos y sea sentenciado con la pena menor prevista por ese tribunal.
El cargo por el que se le acusa tiene una pena máxima de cadena perpetua y una mínima de 10 años de prisión, una multa de 10 millones de dólares y una supervisión de su liberación durante cinco años. Además deberá pagar al gobierno de Estados Unidos el costo del juicio. En el acuerdo, sin embargo, el gobierno de ese país no se hace responsable si el juez decide darle una pena más alta a la sugerida por el Departamento de Justicia.
En el acuerdo, Cárdenas Vela reconoce haber obtenido al menos 5 millones de dólares en el tráfico de drogas, cantidad que está dispuesto a pagar como parte de la sentencia en su contra. También está de acuerdo en que se le confisque una propiedad que compró en Brownsville, en el número 1312 de Bluewing Circle, pero que puso a nombre de otra persona. Pero si la Corte lo decide, también podría perder otras propiedades.
Jefe de plaza
En realidad, de acuerdo con el Departamento de Justicia, el sobrino de Osiel traficó más de 150 kilos de cocaína, más de una tonelada de mariguana, tiene unos 20 millones de dólares y dos casas en Texas, una a nombre de Rosa Icela Moreno, en Río Hondo, y la de Bluewing Circle, que está a nombre de Emilio R. Villarreal y Laura Capistrán.
En la “total aceptación de responsabilidad” por parte de Cárdenas Vela, el Departamento de Justicia, del que depende la DEA, le entregó a la Corte los antecedentes delictivos del sobrino de Osiel y Tony Tormenta.
Cárdenas Vela era el “jefe de plaza” en Matamoros, donde se asienta el CDG. Entre el verano y otoño pasados el Departamento de Justicia lo detectó en Estados Unidos, donde había llegado para escapar de la confrontación que tenía con El Coss y otros por el control del CDG.
Según el Departamento de Justicia, Cárdenas Vela estuvo al frente de las plazas de San Fernando, Río Bravo y Matamoros. Como tal, era el encargado del paso de la droga en la región, el “cobro de piso” a quienes querían traficar droga y no pertenecían al cártel y el responsable de comprar a funcionarios de procuración de justicia estatales y federales, además de reclutar, conjuntar y mantener el mando y control de los empleados del CDG en esa región.
Apoyado en “testigos cooperadores” dice que Cárdenas Vela fue durante varios años el responsable del CDG en San Fernando. En junio de 2010 asumió el control de la plaza de Río Bravo, al este de Reynosa, de donde traficaba droga a Brownsville.
Al comienzo de marzo de 2011 se dio una batalla interna por el poder en el CDG. Cárdenas Vela comenzó a pelear con El Coss. En esa esta lucha, Cárdenas Vela destituyó a José Luis Zúñiga, El Güicho, del liderazgo de Matamoros y asumió el control. Aprovechando esa confrontación Los Zetas intentaron ganar el control de Reynosa y de la localidad de Ramírez, en el municipio de Abasolo, Tamaulipas. El CDG se impuso, explica el Departamento de Justicia de Estados Unidos a la corte federal de Brownsville.
“Al comienzo del verano de 2011 funcionarios estadunidenses encargados del cumplimiento de la ley comenzaron a recibir información de que liderazgos clave del Cártel del Golfo estaban cruzando hacia Estados Unidos por razones de seguridad. Entre ellos, Cárdenas Vela, en mayo de 2011, para escapar de la lucha de poder que estaba ocurriendo en el noreste de México”. Esa información entregada al gobierno estadunidense es atribuida al Coss.
Prosigue el Departamento de Justicia en la comunicación entregada a la corte federal en Texas el mismo día en que Cárdenas Vela se declaraba culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos:
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) localizó al sobrino de Osiel en un rancho cerca de Río Hondo, Texas. Durante varios días estuvo vigilado hasta que fue detenido el 20 de octubre de 2011 junto con otras tres personas por pasarse un alto en Puerto Isabel.
Al momento de su aprehensión llevaba un pasaporte falso a nombre de Pedro García González. Se le aseguraron teléfonos celulares y libros de contabilidad tanto en su arresto como cateos a casas de su entorno.
Uno de los libros de registro contenía la estructura de las personas, armadas y no, que trabajaban para los Cárdenas. En el escrito, el gobierno estadunidense evita identificar a esas personas.
Otros libros de registro detallaban la compra de armas, equipo de protección, vehículos y gasolina. Las direcciones y números de los teléfonos celulares que fueron asegurados tuvieron relación con otras investigaciones de narcotráfico, según el Departamento de Justicia.
Sobre la operación de Cárdenas Vela como jefe del CDG en Matamoros dice que mantenía el control a través de correos electrónicos con otros jefes clave del cártel. Así podía comprar entre 70 y 80 kilos de cocaína al mes en el sureste de México. Los transportaba en pequeños vehículos que llevaban entre 16 y 20 kilos en una sola operación para reducir el riesgo de grandes confiscaciones en la frontera.
Las redes de corrupción
De nueva cuenta sin precisar nombres, el gobierno estadunidense asegura que el CDG corrompía para asegurarse el apoyo de políticos y funcionarios mexicanos encargados del cumplimiento de la ley y de políticos en el tráfico de narcóticos a Estados Unidos. En particular, responsabiliza a Cárdenas de hacer directamente el pago o los regalos a “varios individuos” relacionados con el cumplimiento de la ley en México.
Además el CDG gastaba para equipar adecuadamente a sus miembros, incluida la compra de balas, chalecos antibalas, granadas, chalecos tácticos, vehículos blindados, armas, municiones, teléfonos celulares, radios y hasta salarios.
Identifica a los “guardias” como los responsables de hacer una vigilancia estrecha a los militares mexicanos. Incluso dice que el CDG mantuvo vigilancia por video y grabación de áreas clave en Matamoros, no sólo dirigida a las autoridades sino a las bandas rivales. Al momento de su arresto Cárdenas Vela tenía unos 500 hombres equipados listos para responder a su llamada.
En sus acusaciones, formuladas el 18 de noviembre de 2011, el gobierno estadunidense dice que antes de las disputas internas del CDG, Cárdenas Vela, El Coss y otros no identificados no sólo introdujeron cocaína y mariguana a Estados Unidos, sino que las distribuyeron a través de células establecidas en ese país como pequeñas unidades de operación en varias ciudades, incluidas Brownsville, McAllen, Houston y otras del norte de Estados Unidos.
El sobrino de Osiel, además de importar, almacenar, transportar y distribuir droga en Estados Unidos, se encargaba de colectar y transportar millones de dólares en Estados Unidos como resultado de esas actividades y los trasladaba a México para continuar con su actividad delictiva.
Además era responsable de la compra de vehículos blindados, armas automáticas, granadas, cañones caseros utilizados por el CDG contra Los Zetas en su disputa por el control del corredor de la droga entre Estados Unidos y México en la frontera de Tamaulipas.
De acuerdo con la acusación, el CDG utilizaba vehículos con compartimentos secretos para ocultar la droga y el dinero, además de codificar sus comunicaciones escritas y orales.
La novedad aquí es el audio filtrado de la confesion del NarcoCDG sobrino de los hermanos CARDENAS GUILLEN 2 presos y uno eliminado Abajo de los audios el reportaje original del 1 de octubre del 2012 por
REVISTA PROCESO
Al sobrino de Osiel, trato de privilegio
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Pasar de una posible cadena perpetua a unos pocos años en prisión, protegido y con algunas ventajas para su familia. Eso fue lo que consiguió a cambio de información Rafael Cárdenas Vela, el sobrino de Osiel Cárdenas y exintegrante del Cártel del Golfo, quien será juzgado en una corte federal texana. Todo lo que ha revelado consta en un amplio expediente del Departamento de Justicia de Estados Unidos –enriquecido por esta instancia con datos de la DEA y el ICE– al que este semanario tuvo acceso.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En una copia de la experiencia colombiana, el narcotraficante mexicano Rafael Cárdenas Vela pactó con la justicia de Estados Unidos a cambio de una pronta liberación. El sobrino de Osiel Cárdenas Guillén se declaró culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos, optó por un juicio rápido, se comprometió a pagar una millonaria multa y a estar durante un tiempo bajo vigilancia.
En lugar de una sentencia de cadena perpetua o de varios lustros, en algunos años podría estar en la calle. En contrapartida, ha comenzado a dar santo y seña de la manera en que operó el ahora diezmado Cártel del Golfo (CDG) la última década, durante los gobiernos de Fox y Calderón, con la protección de autoridades civiles, militares, estatales y locales.
Su disposición como colaborador la demostró el pasado martes 25 durante el juicio que se sigue en la corte del Distrito Sur de Texas, en Brownsville, contra Juan Roberto Rincón Rincón, El X-5 o El Primo, por posesión y conspirar para traficar droga a Estados Unidos cuando fue jefe del CDG en Río Bravo, Tamaulipas.
Su testimonio contra uno de los miembros de la organización delictiva en la que participó siguió a la serie de detenciones que se han hecho en México de varios miembros del cártel, incluidos Mario Cárdenas Guillén y Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, quienes se disputaban el control del CDG.
En sus primeras declaraciones públicas Cárdenas Vela, conocido como Junior, Comandante 900 o Rólex, contó la manera en que operaba para comprar a las autoridades municipales, estatales y federales, así como las divisiones y traiciones en el CDG tras la detención de Osiel en 2003 y la ejecución de su hermano Ezequiel, Tony Tormenta, por parte de infantes de marina en 2010 (Proceso 1840).
Declaraciones más detalladas, con nombres y apellidos se esperan cuando hable en defensa propia en el caso penal 1:11-cr-01022 que se instruye en su contra en esa misma Corte, a la que ya le pidió que apresure el juicio.
Después de esa petición, hecha el 15 de febrero de 2012, llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para declararse culpable. De su puño y letra estampó su nombre el 12 de marzo de este año para formalizar el arreglo con el Departamento de Justicia.
Rafael Cárdenas Vela se declaró culpable de uno de los cuatro cargos que se le imputan, el de conspirar para poseer y distribuir por lo menos cinco kilos de cocaína y una tonelada de mariguana.
En la misma causa de Cárdenas Vela están implicados Francisco Javier Escalante Jiménez y Germán Alejandro Huízar Marroquín, quien también ya acordó con el gobierno estadunidense declararse culpable.
A cambio de la declaración de culpabilidad y testimonio verdadero ante la Corte por parte de Cárdenas Vela, el gobierno estadunidense recomendará al juez del caso que le otorgue total crédito a su aceptación de responsabilidad para el retiro de los otros cargos y sea sentenciado con la pena menor prevista por ese tribunal.
El cargo por el que se le acusa tiene una pena máxima de cadena perpetua y una mínima de 10 años de prisión, una multa de 10 millones de dólares y una supervisión de su liberación durante cinco años. Además deberá pagar al gobierno de Estados Unidos el costo del juicio. En el acuerdo, sin embargo, el gobierno de ese país no se hace responsable si el juez decide darle una pena más alta a la sugerida por el Departamento de Justicia.
En el acuerdo, Cárdenas Vela reconoce haber obtenido al menos 5 millones de dólares en el tráfico de drogas, cantidad que está dispuesto a pagar como parte de la sentencia en su contra. También está de acuerdo en que se le confisque una propiedad que compró en Brownsville, en el número 1312 de Bluewing Circle, pero que puso a nombre de otra persona. Pero si la Corte lo decide, también podría perder otras propiedades.
Jefe de plaza
En realidad, de acuerdo con el Departamento de Justicia, el sobrino de Osiel traficó más de 150 kilos de cocaína, más de una tonelada de mariguana, tiene unos 20 millones de dólares y dos casas en Texas, una a nombre de Rosa Icela Moreno, en Río Hondo, y la de Bluewing Circle, que está a nombre de Emilio R. Villarreal y Laura Capistrán.
En la “total aceptación de responsabilidad” por parte de Cárdenas Vela, el Departamento de Justicia, del que depende la DEA, le entregó a la Corte los antecedentes delictivos del sobrino de Osiel y Tony Tormenta.
Cárdenas Vela era el “jefe de plaza” en Matamoros, donde se asienta el CDG. Entre el verano y otoño pasados el Departamento de Justicia lo detectó en Estados Unidos, donde había llegado para escapar de la confrontación que tenía con El Coss y otros por el control del CDG.
Según el Departamento de Justicia, Cárdenas Vela estuvo al frente de las plazas de San Fernando, Río Bravo y Matamoros. Como tal, era el encargado del paso de la droga en la región, el “cobro de piso” a quienes querían traficar droga y no pertenecían al cártel y el responsable de comprar a funcionarios de procuración de justicia estatales y federales, además de reclutar, conjuntar y mantener el mando y control de los empleados del CDG en esa región.
Apoyado en “testigos cooperadores” dice que Cárdenas Vela fue durante varios años el responsable del CDG en San Fernando. En junio de 2010 asumió el control de la plaza de Río Bravo, al este de Reynosa, de donde traficaba droga a Brownsville.
Al comienzo de marzo de 2011 se dio una batalla interna por el poder en el CDG. Cárdenas Vela comenzó a pelear con El Coss. En esa esta lucha, Cárdenas Vela destituyó a José Luis Zúñiga, El Güicho, del liderazgo de Matamoros y asumió el control. Aprovechando esa confrontación Los Zetas intentaron ganar el control de Reynosa y de la localidad de Ramírez, en el municipio de Abasolo, Tamaulipas. El CDG se impuso, explica el Departamento de Justicia de Estados Unidos a la corte federal de Brownsville.
“Al comienzo del verano de 2011 funcionarios estadunidenses encargados del cumplimiento de la ley comenzaron a recibir información de que liderazgos clave del Cártel del Golfo estaban cruzando hacia Estados Unidos por razones de seguridad. Entre ellos, Cárdenas Vela, en mayo de 2011, para escapar de la lucha de poder que estaba ocurriendo en el noreste de México”. Esa información entregada al gobierno estadunidense es atribuida al Coss.
Prosigue el Departamento de Justicia en la comunicación entregada a la corte federal en Texas el mismo día en que Cárdenas Vela se declaraba culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos:
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) localizó al sobrino de Osiel en un rancho cerca de Río Hondo, Texas. Durante varios días estuvo vigilado hasta que fue detenido el 20 de octubre de 2011 junto con otras tres personas por pasarse un alto en Puerto Isabel.
Al momento de su aprehensión llevaba un pasaporte falso a nombre de Pedro García González. Se le aseguraron teléfonos celulares y libros de contabilidad tanto en su arresto como cateos a casas de su entorno.
Uno de los libros de registro contenía la estructura de las personas, armadas y no, que trabajaban para los Cárdenas. En el escrito, el gobierno estadunidense evita identificar a esas personas.
Otros libros de registro detallaban la compra de armas, equipo de protección, vehículos y gasolina. Las direcciones y números de los teléfonos celulares que fueron asegurados tuvieron relación con otras investigaciones de narcotráfico, según el Departamento de Justicia.
Sobre la operación de Cárdenas Vela como jefe del CDG en Matamoros dice que mantenía el control a través de correos electrónicos con otros jefes clave del cártel. Así podía comprar entre 70 y 80 kilos de cocaína al mes en el sureste de México. Los transportaba en pequeños vehículos que llevaban entre 16 y 20 kilos en una sola operación para reducir el riesgo de grandes confiscaciones en la frontera.
Las redes de corrupción
De nueva cuenta sin precisar nombres, el gobierno estadunidense asegura que el CDG corrompía para asegurarse el apoyo de políticos y funcionarios mexicanos encargados del cumplimiento de la ley y de políticos en el tráfico de narcóticos a Estados Unidos. En particular, responsabiliza a Cárdenas de hacer directamente el pago o los regalos a “varios individuos” relacionados con el cumplimiento de la ley en México.
Además el CDG gastaba para equipar adecuadamente a sus miembros, incluida la compra de balas, chalecos antibalas, granadas, chalecos tácticos, vehículos blindados, armas, municiones, teléfonos celulares, radios y hasta salarios.
Identifica a los “guardias” como los responsables de hacer una vigilancia estrecha a los militares mexicanos. Incluso dice que el CDG mantuvo vigilancia por video y grabación de áreas clave en Matamoros, no sólo dirigida a las autoridades sino a las bandas rivales. Al momento de su arresto Cárdenas Vela tenía unos 500 hombres equipados listos para responder a su llamada.
En sus acusaciones, formuladas el 18 de noviembre de 2011, el gobierno estadunidense dice que antes de las disputas internas del CDG, Cárdenas Vela, El Coss y otros no identificados no sólo introdujeron cocaína y mariguana a Estados Unidos, sino que las distribuyeron a través de células establecidas en ese país como pequeñas unidades de operación en varias ciudades, incluidas Brownsville, McAllen, Houston y otras del norte de Estados Unidos.
El sobrino de Osiel, además de importar, almacenar, transportar y distribuir droga en Estados Unidos, se encargaba de colectar y transportar millones de dólares en Estados Unidos como resultado de esas actividades y los trasladaba a México para continuar con su actividad delictiva.
Además era responsable de la compra de vehículos blindados, armas automáticas, granadas, cañones caseros utilizados por el CDG contra Los Zetas en su disputa por el control del corredor de la droga entre Estados Unidos y México en la frontera de Tamaulipas.
De acuerdo con la acusación, el CDG utilizaba vehículos con compartimentos secretos para ocultar la droga y el dinero, además de codificar sus comunicaciones escritas y orales.
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