jueves, 25 de abril de 2013

La chatarra de Rosario es única en el mundo pero “… no te preocupes, Rosario”

nota del blog:
El doctor Philip James, de la IASO, fue el invitado principal a quien se le pidió, además, inaugurar el evento.
Sin embargo, el doctor James ni siquiera estaba enterado de que lo pondrían a inaugurar un evento en dónde había patrocinadores como Bimbo y McDonald’s.
“Yo creía que iba a inaugurar la serie de conferencias, pero me pusieron a cortar el cordón de todo el evento”.
Sorprendido por la presencia de la industria de alimentos, señaló: “En otros países, esto estaría completamente prohibido”.
Reprochó que esa Cumbre sobre Diabetes, Obesidad, Nutrición y Problemas Cardiovasculares fuera patrocinada por empresas que corresponsabilidad de la generación de estas enfermedades o que se aprovechan de su alta incidencia, pues era una “muestra del papel que juegan los podres fácticos en México

La chatarra de Rosario es única en el mundo

Miércoles, 24 de abril de 2013 Laregiontam.com
Urge un nahual que nos explique esa necedad a pesar de que la nocividad de ese ardid asistencialista está demostrada por dos razones.
Por Moisés Edwin Barreda

Por la campechanía del  “… no te preocupes, Rosario”, refulge la necedad de mantener a toda costa el trazo inicial de la ruta critica de la cruzada nacional contra el hambre que el gobierno federal tremola como muestra de la sinceridad de su interés por emprender actividades que realmente beneficien al pueblo, aunque ya se la desnudó como enorme manto inmoral de corrupción social y política para recuperar la hegemonía en el total de la cosa pública, el poder absoluto, mediante la compra del voto de los hambrientos indignos.

Urge un nahual que nos explique esa necedad a pesar de que la nocividad de ese ardid asistencialista está demostrada por dos razones.
La primera, tan dañina como la segunda, es que Rosario Robles Berlanga, célebre más que nada por sus amoríos con sujeto  paradigma de la inmoralidad pública y privada, puso como pilares de la campañita  a dos empresas transnacionales, una de ellas fabricante de productos chatarra causantes de obesidad, que es agudo problema nacional.
La inserción de fabricantes de productos chatarra en ese programa electorero confirma que ese problema de salud pública es atizado desde el poder, como criticó y denunció en 2012 el doctor Philip James, director de la Asociación Internacional para el Estudio de Obesidad (International Association for the Study of Obesity –IASO–), organismo independiente especializado en el tema, el mayor de los vigentes, al ser entrevistado al cabo de la sesión inaugural de la Expo – Cumbre Mundial de Diabetes, Obesidad, Nutrición y Problemas Cardiovasculares México realizada en el World Trade Center (WTC), de la Ciudad de México, a la que fue principal invitado.
En su conferencia allí  explicó que en ningún país pasa lo que aquí con la industria de alimentos, y el nuestra nación es de las que tienen mayores índices de sobrepeso y obesidad, es en dónde se permite mayor publicidad e interferencia de la industria de alimentos en todos los ámbitos.
Reprochó que esa Cumbre sobre Diabetes, Obesidad, Nutrición y Problemas Cardiovasculares fuera patrocinada por empresas que corresponsabilidad de la generación de estas enfermedades o que se aprovechan de su alta incidencia, pues era una “muestra del papel que juegan los podres fácticos en México y la dificultad que existe para que se implementen políticas efectivas de prevención.” Le sorprendió la presencia de la industria de alimentos en esa conferencia,  porque  “en otros países esto estaría completamente prohibido”.
En parte la sorpresa del doctor Phillips por la fuerte influencia de la industria de alimentos en México es que la autoridad actúa a favor de los intereses de las grandes empresas, como Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) que permite que sus productos no se ajusten a lo manifestado en sus etiquetas ni regula la publicidad dirigida a la infancia, con intensos mecanismos de engaño y manipulación, con lo que   deterioran los hábitos alimentarios desde temprana edad.
Phillips advirtió que  “es necesario cambiar el ambiente tóxico para poder tener un real impacto en la disminución de sobrepeso y obesidad, de lo contrario es como llevar una gran roca cuesta arriba. Este no es un  problema individual, sino que es el medio ambiente y la falta de regulaciones lo que nos ha llevado a tener índices tan altos de obesidad en el mundo”.
Entre lo que más le indignó fue que en la citada “Cumbre Mundial” se invitaba a los participantes a un “recorrido por la salud” patrocinado por Jumex y Bimbo, en el cual se entregaba un paquete con jugo Jumex de 200 mililitros, diez galletas Príncipe, una bolsa de botana Takis de 28 gramos  y dos mini gansitos, de 25 gramos cada uno. El contenido nutricional del conjunto era 943 calorías, es decir 84 gramos o 17 cucharadas cafeteras de azúcar; grasa total 34.5 gramos, grasa saturada 22.2 gramos y sodio 757 miligramos. Proporcionaban casi la mitad de las calorías que requiere un adulto para todo el día, más del 200% del azúcar máxima tolerable, casi la mitad de la grasa, el total de la grasa saturada permitida y poco menos de la mitad del total de sodio para todo el día.
La segunda razón,  la peor, es la cínica e indignante plática entre colaboradores del gobierno de Veracruz, brillante por el asesinato y persecución a periodistas, que la definen y aplauden por su eficacia como instrumento para conseguir el voto los millones de ciudadanos militantes del único partido realmente mayoritario del país: hambre, a cambio de la limosna bimestral en numerario a través del programa
Oportunidades y ”despensas” con productos chatarra.
Sí, que no se preocupen Chayo y el muñeco, pues saben que la mexicanada aguanta todo lo que le manden.
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En nuestro problema deobesidadcon No entraña beneficio alguno para ninguno de los millones de mexicano hambrientos hundidos en la pobreza y la miseria porque las acciones de gobierno de 1988 ala fecha sobre todo, son para beneficio de la oligarquía y el capital financiero internacional.

El contraste trágico: en el siglo19 el patricio Benito Juárez restauró la República; hoy la cúpula priísta adueñada del poder pugna sin miramientos y con gran cinismo, por  la restauración de la Presidencia imperial, síntesis de la dictadura de partido.

mpeña en significar como la fundamental de su propaganda inmoral política que sigue20 agosto 2012. “Es la peor conferencia a la que he asistido”, declaró el doctor Philip James, director de la Asociación Internacional para el Estudio de Obesidad (International Association for the Study of Obesity, IASO), el mayor organismo independiente especializado en el tema, al ser entrevistado después de asistir como principal invitado de la Expo – Cumbre Mundial de Diabetes, Obesidad, Nutrición y Problemas Cardiovasculares México realizada recientemente en el World Trade Center (WTC), de la Ciudad de México.
La llamada “Cumbre Mundial” –que llevaba como slogan: “Por ti, por tu familia, por tu salud, por una cultura de prevención”– contó entre sus patrocinadores con McDonald’s, Jumex, Bimbo y Alpura, y farmacéuticas como Roche, Bayer y Boehringer Ingelheim.
Al evento se integró el Congreso Nacional e Internacional de Nutrición y Endocrinología WTC México 2012, al cual se invitaron a expertos a dar conferencias de obesidad y diabetes.

El doctor Philip James, de la IASO, fue el invitado principal a quien se le pidió, además, inaugurar el evento.
Sin embargo, el doctor James ni siquiera estaba enterado de que lo pondrían a inaugurar un evento en dónde había patrocinadores como Bimbo y McDonald’s.
“Yo creía que iba a inaugurar la serie de conferencias, pero me pusieron a cortar el cordón de todo el evento”.
Sorprendido por la presencia de la industria de alimentos, señaló: “En otros países, esto estaría completamente prohibido”.
En su conferencia explicó que en ningún país del mundo está pasando lo que ocurre en México con la industria de alimentos.
México es uno de los países con mayores índices de sobrepeso y obesidad, y es en dónde se permite mayor publicidad e interferencia de la industria de alimentos en todos los ámbitos.
El que una Cumbre sobre Diabetes, Obesidad, Nutrición y Problemas Cardiovasculares sea patrocinada por empresas que tienen responsabilidad en la generación de estas enfermedades o que se aprovechan de su alta incidencia, es una muestra del papel que juegan los podres fácticos en México y la dificultad que existe para que se implementen políticas efectivas de prevención.
El doctor Philips expresó textualmente en su ponencia que “es necesario cambiar el ambiente tóxico para poder tener un real impacto en la disminución de sobrepeso y obesidad, de lo contrario es como llevar una gran roca cuesta arriba. Este no es un problema individual, sino que es el medio ambiente y la falta de regulaciones lo que nos ha llevado a tener índices tan altos de obesidad en el mundo”.
Su visión como experto independiente, al frente de IASO, uno de los organismos más prestigiados a escala internacional en el estudio de la obesidad, sus causas y las políticas para enfrentarla, es totalmente la contraria a las de las empresas y sus representantes que centran el problema de la obesidad en las malas costumbres individuales.
IASO ha estudiado a fondo el impacto de la publicidad de la comida chatarra dirigida a los niños, ha apoyado el desarrollo de etiquetados en los alimentos que realmente orienten a los consumidores, ha promovido la oferta exclusiva de alimentos saludables en los planteles escolares, entre otras medidas.
La enorme dificultad de los padres de familia para que sus hijos tengan buenos hábitos alimentarios frente a la multimillonaria y sofisticada publicidad de la comida chatarra, a través de todos los medios, y su omnipresencia, además de la falta de acceso a alimentos saludables, es una prueba palpable de cómo el ambiente es el determinante de la obesidad.
La sorpresa del doctor Phillips frente a la fuerte influencia de la industria de alimentos en México tiene que ver con una autoridad que actúa a favor de los intereses de las grandes empresas: como Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) que permite que éstas desarrollen y mantengan un etiquetado que engaña a los consumidores, violando la ley; y que no regula la publicidad de comida chatarra que dirigen estas empresas a la infancia, con intensos mecanismos de engaño y manipulación, generando el deterioro de los hábitos alimentarios desde temprana edad.
En la “Cumbre Mundial” se invitaba a los participantes a tener un “recorrido por la salud” patrocinado por Jumex y Bimbo, en el cual se entregaba un paquete con diferentes productos, como: un néctar Jumex de 200 ml, un paquete de 10 galletas Príncipe, una bolsa de botana Takis de 28 g y dos mini gansitos, de 25 g cada uno.
El contenido nutricional de ese paquete “por la salud” es el siguiente: calorías 943, azúcar 84 g o 17 cucharadas cafeteras, grasa total 34.5 g, grasa saturada 22.2 g y sodio 757 mg.

En tan sólo cinco productos proporcionaba casi la mitad de las calorías que requiere un adulto para todo el día, más del 200% del azúcar máxima tolerable, casi la mitad de la grasa, el total de la grasa saturada permitida y poco menos de la mitad del total de sodio para todo el día.

El doctor Philips, profundamente molesto por el “entorno tóxico” del evento, señaló en su ponencia que hay que poner un alto a este tipo de prácticas si es que se quiere realmente hacer algo para disminuir los niveles de obesidad en México. La industria de alimentos utiliza billones de dólares, puntualizó, para bloquear iniciativas contundentes que pueden frenar este problema de salud en la población (en el evento estaban presentes estas empresas).

También expresó que las grandes transnacionales utilizan estrategias muy sofisticadas para comercializar sus productos, de tal manera que la decisión de compra ni siquiera está en el consumidor, ya que fue inducido a comprar lo que “ellos” quieren que consuma.
Una de las estrategias ampliamente utilizadas por este tipo de empresas, señaló, es elneuromarketing.
El doctor Phillips, al participar en este evento y ver las presencia de las corporaciones de los alimentos altamente procesados como patrocinadores, entendió perfectamente por qué México vive el grave problema de salud pública de sobrepeso y obesidad que lo hace ocupar uno de los primeros lugares a escala mundial

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