viernes, 21 de noviembre de 2014

D.F:CRONICA RAPIDA DE LA MANIFESTACION #AYOTZINAPASOMOSTODOS

NOTA DEL BLOG:
ESTE ERA EL VERDADERO ESPIRITU DE LA MARCHA
 IMPRESIONANTE  LA MANIFESTACION DE AYER EN EL ZOCALO CAPITALINO DESGRACIADAMENTE HUBIERON INFILTRADOS VARIAS FOTOS DETECTARON A ELEMENTOS DEL EJERCITO MEXICANO DISFRAZADOS DE CIVILES QUE ESTUVIERON AL MEDIO DIA EN EL ZOCDALO, DESPUES SE RETIRARON Y REGRESARON CUANDO YA ESTABA OSCURO , MUCHOS DE LOS ASISTENTES LOS RECONOCIERON Y SEÑALARON COMO SER LOS CAUSANTES DE LOS DESMANES , OCASIONANDO QUE LA POLICIA FEDERALA ARREMETIERA CONTRA FAMILIAS Y GENTE INOCENTE QUE SE VE EN LAS FOTOS #LOS ASESORES DE PEÑA NIETO MUY BRUTOS ,EL HABER MANDADO A LAS FUERZAS FEDERALES A GOLPEAR A LOS MANIFESTANTESDONDE HABIA FAMILIAS  QUE SE MANIFESTABAN PRECISAMENTE CONTRA ESO, SOLO SIRVIÓ PARA CALENTAR LOS ANIMOS








FUENTE NOTICIAS MVS

Violentos no pudieron opacar el clamor de miles durante marcha en el DF

Tras algunos conatos de violencia que no representaron el objetivo de la marcha, fuerzas federales y del gobierno del DF arremetieron contra manifestantes pacíficos y violentos.

2014-11-21 07:14:45
Tras algunos conatos de violencia que no representaron el objetivo de la marcha, fuerzas federales y del gobierno del DF arremetieron contra manifestantes pacíficos y violentos.
marcha, ayotzinapa, mitin, concentración, Guerrero, Normalistas, Zocalo
Juan Omar Fierro
Violentos no pudieron opacar el clamor de miles durante marcha en el DF | Noticias MVS


SACA TU CONCLUSION: ¿QUE HACE ESTE ENCAPUCHADO CON LA POLICIA FEDERAL? ..ES UNO DE LOS INFILTRADOS QUE GENERARON LA VIOLENCIA
 AYER LA MANIFESTACION EN EL ZOCALO

Los llamados a la violencia no fueron suficientes para evitar que una movilización pacífica terminara en un desalojo violento del Zócalo capitalino, en el que las fuerzas federales y del gobierno local arremetieron de la misma forma contra manifestantes pacíficos y violentos, con excesos de ambas partes, con decenas de heridos y otros tantos detenidos de los que todavía no se conoce su paradero
Desde el inicio de la marcha en el Ángel de la Independencia, a donde llegó una de las tres caravanas que encabezaron los padres de los 43 normalistas desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre, los organizadores llamaron a realizar una movilización completamente pacífica y pidieron a los contingentes no permitir personas encapuchadas o con el rostro cubierto.
 Eran alrededor de las 5:15 de la tarde cuando arrancaron hacia el Zócalo capitalino, apoyados por tres equipos de sonido que constantemente recordaban que en esa marcha no querían infiltrados ni rumores para hacer crecer el miedo. En unos cuantos minutos, el llamado hizo efecto, en la esquina de Reforma y Niza, ya que ese punto, dos encapuchados, uno de ellos con un hacha y otro portando una máscara de la muerte, fueron expulsados. 
***************


******************




Los aludidos corrieron por Niza hasta subirse a un autobús Costa Line que tenía la leyenda “Teconapa” alusiva al municipio guerrerense. Un tercer embozado, optó por descubrirse la cara y permaneció en la manifestación. Los padres de los normalistas eran la cabeza visible de la marcha, pero se les adelantaron varios contingentes cuando dieron una vuelta equivocada hacia avenida Chapultepec por la propia calle de Niza. Sólo una cuadra estuvieron fuera de Reforma, pero esa vuelta fue suficiente para que se les adelantaran varios contingentes, entre ellos un grupo de alrededor de 20 personas que portaban paliacates y playeras para cubrirse el rostro, los cuales se identificaron como miembros de la Comisión de Seguridad de los maestros de la CETEG. Su justificación es que ellos no eran provocadores y que su tarea era justamente la de buscar infiltrados. Bajo el pretexto de que venían protegiendo a los padres de los normalistas desaparecidos, intentaron tomar la cabeza de la marcha, pero el repudio de los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa, los obligó a replegarse. Este grupo, efectivamente, se reincorporó a la movilización justo cuando avanzaban los maestros de la Ceteg, pero se mantuvieron en completa durante todo el trayecto e incluso a su arribo al Zócalo de la Ciudad de México. La marcha proveniente del Ángel fue la última en entrar al Zócalo y el número de asistentes fue tan grande, que centenas de ellos entraron a la Plaza de la Constitución cuando el mitin en favor de presentar con vida a los 43 estudiantes normalistas, ya había concluido. La falta de organización entre las tres caravanas  también influyó en la mala calidad del sonido, mismo que prácticamente no se escuchó, provocando que miles de personas permanecieran en el Zócalo capitalino, a la expectativa de lo que ya comenzaba a ocurrir en Palacio Nacional. Alrededor de 500 personas, entre ellos cerca de 200 encapuchados y embozados, pero también decenas de asistentes con el rostro descubierto, comenzaron a encarar con gritos a los elementos del Estado Mayor Presidencial y a los agentes de la Policía Federal. De los gritos, ese mismo grupo de 200 pasó a los proyectiles y a tratar de tirar las vallas colocadas por el propio Estado Mayor desde la madrugada del jueves. Desde el templete se hacían llamados apenas audibles a no caer en la violencia, pero también decenas de manifestantes pacíficos intentaban calmar los ánimos de los más rijosos. Mientras un hombre de la tercera edad y con bastón intentaba persuadir a los encapuchados de no arremeter contra los militares, una mujer  que llevaba a su hija era amenazada por un sujeto embozado por sus llamados a la paz y a la civilidad. Cuando comenzaron a caer cohetones, bombas molotov y al menos un petardo entre los elementos del Estado Mayor, llegaron los refuerzos de la Policía Federal y también del cuerpo de Granaderos, que hasta ese momento se habían mantenido en la calle de Corregidora, listos para entrar en acción. Eran alrededor de las ocho de la noche, las luces de Palacio Nacional se apagaron y ya se anticipaba la contraofensiva de las fuerzas federales y de la policía local en contra de los manifestantes. Aún así, miles de personas se quedaron en el Zócalo para ver el desenlace. Mientras el ataque continuaba y las vallas iban cediendo, comenzó el uso de extintores y granadas de humo contra los manifestantes, pero el grupo que atacaba no quería ceder. Al menos dos personas traspasaron las vallas y fueron detenidas por los militares del Estado Mayor. Poco después comenzó la arremetida de las llamadas fuerzas del orden, primero con tropiezos que provocaron la caída de un granadero, mismo que al caer al suelo fue pateado y golpeados con palos por un grupo de al menos diez jóvenes con el rostro cubierto. Sus compañeros tardaron casi cinco minutos en rescatarlo y quedo semiconsciente. En ese momento, una persona que se identificaba como “anarquista” golpeó con el puño cerrado a la reportera de Excélsior, Yohali Reséndiz. Sin embargo, una vez que lograron coordinarse los policías también atacaron parejo a manifestantes pacíficos y violentos, incluyendo a personas de la tercera edad, mujeres y reporteros, entre ellos José Antonio Belmont de Milenio. Para los agentes federales y locales, lo importante era desalojar la plaza al costo que fuera, por lo que aprovecharon para cobrar venganza de cada minuto y cada golpe proyectil que recibieron antes de entrar en acción. A Margarita Rufino que acudió con sus tres hijos, le tocó sufrir las consecuencias a pesar de que era una de las manifestantes pacíficas. Su hijo Gerardo Alonso de tan sólo 16 años fue uno de los detenidos y hasta la madrugada, desconocía su paradero. En la esquina de Madero y el Zócalo, otro grupo de policías federales formó una valla por la que obligaban a pasar a todas las personas que se querían ir de la Plaza de la Constitución. Sin importar edad, mujeres y hombres que sólo querían retirarse para evitar problemas, recibían macanazos en la cabeza. Sobre 16 de septiembre, granaderos alcanzaron a dos adolescentes que trataban de huir. Jalándolas de los cabellos, las tiraron al suelo y las remataron con dos puntapiés a cada una. Pensaban llevárselas detenidas, pero cuando ambas dijeron tener 16 años las dejaron libres. Daniel Sánchez, novio de una de estas chicas,  no corrió con la misma suerte y es otro de los detenidos en el Centro Histórico. Con grupos aislados que intentaron resistir pacíficamente, el Zócalo fue liberado hasta después de las 10:30 de la noche. Los pacíficos una vez más fueron víctimas de los que se proclaman partidarios de la “acción directa”, sólo que esta vez los encapuchados no eran sólo un puñado, sino un grupo sólido de al menos 200 personas que hizo frente a las autoridades por más de una hora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario