viernes, 31 de octubre de 2014

EN DEFENSA DEL PADRE SOLALINDE

NOTA DEL BLOG: LO PONGO PORQUE ESTOY DE ACUERDO CON TODO LO QUE DICE ...SOLO AGREGO ESTE COMENTARIO 
EL PADRE SOLALINDE NO NECESITA QUE LO DEFENDAMOS 
SU CORAZA,BLINDAJE ,FORTALEZA O COMO QUIERAN LLAMARLO ES IMPENETRABLE 
SOLALINDE COMO OTROS MAS LUCHADORES SOCIALES INCLUYENDO A MIRELES ESTAN FUERA DEL ALCANCE DE LAS LENGUAS VIPERINAS DE LA PRENSA Y TELEVISION COMPRADAS .............SON LIDERES REALES  Y NATURALES  Y LO MEJOR DE TODO CANALIZAN SU LIDERAZGO HACIA LA  DEFENSA CONTRA LAS INJUSTICIAS EN MEXICO :CON HOMBRES ASI TENEMOS ESPERANZA  ELLOS SON AUTODEFENSAS Y LA MAYORIA DE LOS MEXICAMOS LOS SEGUIMOS Y APOYAMOS

FUENTE: LACRONICANOTICIAS

En defensa del Padre Solalinde

Foto: elfaro.net
Tal vez mi percepción esté influida por conocerlo personalmente, pero creo que es necesario salir en defensa del Padre Solalinde después de lo que ha sucedido en los últimos días.
Decir que “lo conozco” tal vez es un poco grandioso. Lo conocí en persona en 2009-2010, cuando Amnistía Internacional México presentó un informe sobre la situación de los centroamericanos que cruzan nuestro país y sobre el trabajo del padre en su albergue “Hermanos en el Camino”, ubicado en Ixtepec, Oaxaca. A raíz de su labor recibiendo, atendiendo y protegiendo a los migrantes, el padre recibió varias amenazas, incluidas de muerte. Aún así ha seguido trabajando en defensa de los derechos humanos y se ha involucrado cada vez en más temas sociales. Para muestra, un botón: se ha sumado sin ambages a la exigencia de verdad y justicia en el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Guerrero.
Una aclaración que es relevante para el tema: las amenazas recibidas por el padre provenían tanto de las autoridades como de grupos de la delincuencia organizada, específicamente Los Zetas. El albergue y su personal han recibido ataques y agresiones en diversas instancias, que recibieron la atención mediática debida en su momento. Ni hablar de lo que ha visto y conoce de primera mano en cuanto a desapariciones, asesinatos, violaciones y demás.
De ahí el problema, a mi parecer. Con esa experiencia, Solalinde se guía por la razón y concluye que lo más probable es que los estudiantes estén muertos. Naturalmente, esas declaraciones (a las que llega cualquier persona que le dedique dos minutos serios a la cuestión) chocan con la esperanza de padres, hermanos, amigos y compañeros que anhelan hallarlos con vida. Ésa es la cuestión fundamental para la discrepancia entre familiares y el padre.
Vamos a dedicarle esos dos minutos serios: si los normalistas estuviesen vivos ya habríamos tenido alguna noticia. Por muy escondidos que los tuvieran, 43 personas son muchas bocas que alimentar, que ocultar. Seguramente ya hubieran buscado cobrar rescate o quizá alguno habría podido escapar. En poco más de un mes, nada de esto ha sucedido. La otra opción, claro, es que los tuviera el gobierno, pero tampoco tiene sentido pues con tanta presión ya los habrían aparecido. ¿Qué nos queda?
Imagino que ése es, un poco, el razonamiento del padre. He conversado con varias personas y coinciden en los mismos argumentos aquí presentados, por lo que no me parece una teoría descabellada. Está también la cuestión de los presuntos testigos que le hubieran dado informes. Si no existen, no le resta nada a la hipótesis mencionada; si existen, tiene razón en no dar sus nombres ni datos, ya que es ponerlos en peligro.
Por otro lado, y por favor corríjanme si me equivoco,  el padre Solalinde nunca se ha presentado como portavoz de los normalistas. Jamás he escuchado o leído que hable en su nombre. Se presenta siempre, hasta donde yo sé, a título personal, a título de un activista más, comprometido con lo que pasa en su país, con la búsqueda de la verdad, de la justicia. Lo que he visto es que exige que aparezcan, que se esclarezcan los hechos, que se juzgue y castigue a los responsables. Como ya se ha dicho, esta actitud le ha merecido en otras ocasiones ataques y amenazas. Si no fuese un verdadero defensor, no estaría aquí, enfrentándose de nuevo a los poderes oficiales y no oficiales, pidiendo por los desaparecidos. (Atención mediática no necesita: su nombre no es nuevo ni para el gobierno, ni para el crimen organizado, ni para las organizaciones sociales, incluso no es un nombre nuevo en muchos hogares promedio.)
Su actitud habla por él: se reunió con los familiares y desistió de oficiar misa en Ayotzinapa. Se disculpó con ellos, incluso, por la diferencia de creencias en la situación actual de los muchachos. Y aquí sigue, en pie de lucha, pidiendo justicia por ellos y por todos los que nos faltan.
Que aparezcan; de preferencia vivos. Pero que aparezcan.

Yalí Noriega
Twitter: @Xalaila

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