NOTA DEL BLOG: SSPTAM GOBTAM NUNCA DIERON LOS NOMBRES DE LOS RECAPTURADOS NI ACLARARON LAS MUERTES DE LOS REOS ,PERO ESO SI LES PUSIERON OTROS NOMBRES A LOS MUERTOS QUE MANDARON AL SEMEFO - NO SE SABE CON QUE OSCURAS INTENCIONES-
OBVIAMENTE
NO SE TRATA DE UNA CONFUSION PORQUE EN SUS TUIT SE TOMARON TIEMPO SUFICIENTE PA DECIR INCLUSIVE SE EVALUAN SECUELAS
La verdad maltrecha ¡Uno de los muertos en penal de Tamaulipas está vivo!
Por Antonio Arratia Tirado
Cd. Victoria, Tamaulipas.- A las 10:30 horas del
sábado, los padres y la pareja de uno de los muertos a puñaladas en el
penal de Ciudad Victoria llegaron a la morgue del Servicio Médico
Forense a reclamar el cuerpo y se detuvieron frente a tres cadáveres
cubiertos con sábanas.
No tardaron mucho dar con el de su hijo, porque
su nombre podía leerse claramente en una cinta pegada al cuerpo: Erik
Ramírez Soto. Así, con todas su letras.
Estremecidos de dolor porque estaban a punto de
ver a un hijo masacrado, los padres titubearon y sus miradas se posaron
en el abogado de su hijo, que les acompañaba en las diligencias.
El abogado entendió y se dispuso a levantar la
sábana a la altura del rostro del cadáver de quien, por la vía de la
muerte, acababa de perder también como cliente.
La sorpresa fue mayúscula. Desconcertado, clavó la mirada en el empleado del Semefo.
-¿Qué pasó? -le dijeron.
-Se equivocaron de cuerpo… este no es el de Erik -devolvió el abogado.
-A ver, quedan dos. Uno de ésos debe ser.
El abogado trató de identificar a su cliente en el siguiente cuerpo. Y no. Tampoco era.
Le quedaba uno, el último. Ese, sin duda alguna,
debía ser el de Erik Ramírez Soto, un veracruzano que en diciembre
próximo cumpliría una sentencia de cuatro años y seis meses de prisión
por el delito de posesión de armas de uso exclusivo de las Fuerzas
Armadas.
Nuevamente agarró valor y levantó la parte superior de la sábana. Se quedó perplejo.
El silencio, teórica y prácticamente sepulcral,
era denso, pesado. Las miradas de tres familiares del muerto
escudriñaban su rostro, en espera de que, con un sí o con un movimiento
afirmativo de cabeza, les abriera de par en par las compuertas del
llanto y el dolor.
-¡Este tampoco es Erik! -exclamó el abogado.
Un enorme signo de interrogación se abrió entonces, porque si no estaba ahí ¿dónde estaba el cadáver de Erik Ramírez Soto?.
EL MUERTO QUE LES HABLÓ DESDE EL PENAL
Sin atinar qué hacer, el abogado reparó de pronto
en tres llamadas al celular que momentos no había querido contestar,
porque se ocupaba de las diligencia pero también porque provenían de un
número desconocido.
Llamó y le contestó una voz, también desconocida. Espere un momento, le dijeron.
-Bueno… ¿abogado?
-Sí, quién habla.
-Soy yo abogado, Erik…
-¿Quién? ¿Qué Erik?
-Erik Ramírez abogado, su cliente.
-¿Erik Ramírez? ¡Pero si tú estás muerto!
-No, yo estoy vivo y sigo en el penal.
Y el abogado le colgó. Le reconoció la voz pero
no estaba completamente seguro. Tan no lo estaba, que optó por no decir
nada a la familia, para no alentar esperanzas que luego podrían
desvanecerse.
Pero salió prácticamente corriendo al penal.
Había cientos de personas en espera de que les autorizaran a entrar a
ver a sus familiares presos, pero no podía aguardar más tiempo. Se fue
directo a la puerta y reclamó sus derechos que le asistían como abogado
de su cliente.
Un mar de dudas lo asaltaban. ¿Cómo es que Erik
estaba vivo si el vocero de la Secretaría de Seguridad Pública y los
medios ya lo habían dado por muerto? ¿Cómo le habló Erik si el celular
está prohibido en el penal?.
No, no podía estar ocurriendo. El vocero de la
SSP, Luis Alberto Rodríguez Juárez fue bien claro en los nombres de los
muertos: Marco Antonio Márquez Urieta, Erik Ramírez Soto y Edén Martínez
Castro.
Llegó a la zona de pláticas y “pidió” a su cliente. Y dio el nombre.
-¿A quién? Apoco no sabe, a ese lo mataron anoche…
-No, él está vivo, usted búsquelo y tráigamelo.
Su interlocutor lo tiró a loco, pero igual fue a hacer como que cumplía el encargo.
Pasaron algunos minutos y lo vio venir.
No era un fantasma ¡Era Erik Ramírez Soto, el muerto que estaba vivo!
El muerto que no estaba muerto había pedido a un
custodio que le hiciera un paro con una llamada y de esa manera se
contactó con uno de los abogados del bufete “Ávila y Asociados” que lo
defiende.
ERRORES, CONFUSIONES Y UN SEGURO DE VIDA
Incrédulos al principio, los familiares se
convencieron de que Erik no estaba muerto hasta el domingo, día en que
por fin pudieron verlo con vida. Y sin un golpe o rasguño.
Se cercioraron de ello hasta que le hicieron
quitarse la parte superior del uniforme de interno. Fue entonces que
menudearon las preguntas, en busca de explicaciones.
Sin embargo, lo único que los abogados saben -o
pueden decir- es que la confusión se originó cuando, en un momento de
los disturbios, Erik fue confinado a un módulo que no era el suyo, al
igual que otros reos que no participaron precisamente porque, en espera
de una pronta libertad, no querían broncas y optaban por un bajo perfil.
Habría ocurrido que, en un pase de lista, los
custodios se percataron de que Erik no respondió al repetido llamado en
su módulo original y desde ahí se perdió el control. Esos custodios
estaban familiarizados con el veracruzano, pero no los otros a donde
había sido segregado.
Hay otras hipótesis, pero a los abogados solo
les interesa la seguridad de su cliente y se niegan a especular, aunque
también esperan que alguna autoridad salga a informar con verdad, sin
importar que le ofrezcan o no una disculpa a la familia del muerto,
porque a ellos lo único que les importa es que esté vivo.
AMPARADO, ERIK ESPERA DICIEMBRE PARA VOLVER A CASA
La defensa de Erik Ramírez se movió rápido y, en
primera instancia, consiguió el amparo de un juez federal para impedir
el traslado a otro reclusorio, como intentaron las autoridades
penitenciarias.
Y no solo eso, porque también promovieron la
intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas
(CODHET), que se encargará de atestiguar la seguridad del interno en
tanto concluye su condena y sale en libertad.
La pregunta, a los abogados, se impone:
-Resulta que hay muertos que están vivos, pero ¿la Secretaría de Seguridad Pública ya está enterada?
-Sí, les informamos de inmediato del error.
-¿Saben si va a rectificar la autoridad?
-No, no lo sabemos. Nosotros respetamos los
distintos ámbitos de atribuciones y solo nos ocupamos de la defensa de
nuestros clientes.
LAS IRONÍAS DE LA VIDA
Mientras se da la charla con los abogados y la
información se cruza con otras fuentes informativas, en el municipio de
Güémez se llora a otro muerto: Marco Antonio Márquez Urieta.
Como Erik Ramírez Soto, Márquez Urieta también
estaba a punto de cumplir su condena y salir en libertad, después de 12
años internado en el penal.
Cruel ironía: ¡a él lo mataron un día antes del domingo, día en que quedaría oficialmente libre!
Preguntamos aquí y allá por el otro muerto, Edén
Martínez Castro y las respuestas extraoficiales son encontradas e
inquietantes. Nada oficial se pudo saber, pero alguien expuso una duda
razonable: ¿Y si su muerte también es parte del error y está vivo?
La otra duda imperativa: ¿quién es el muerto que de acuerdo con la SSP era Erik Ramírez Soto?