NOTA DEL BLOG: Martes 13 Nov 2012 YA "RESUCITADOS" eran puestos a trabajar como esclavos y drogados podian durar años FUE REAL ...ES REAL ...Y TODAVIA SE HACE EN ALGUNAS PARTES
ESTUVO HASTA PENADO POR LA LEY "ZOMBIFICAR GENTE EN HAITÌ
ESTUVO HASTA PENADO POR LA LEY "ZOMBIFICAR GENTE EN HAITÌ
El proceso de la zombificación.
¿Qué es un zombie? Hartos estamos de
ver en series o en el cine producciones con esta temática. Gente que
muere a causa de algún agente patógeno, para posteriormente volver a la
vida y devorar a todo aquél que se cruce en su camino. No es de esto de
lo que tratan estás líneas. Dejemos la fantasía cinematográfica a un
lado para centrarnos en algo más mundano, más real.
Para mucha gente nombrar a Haití le
trae a la mente el fatal terremoto que lo asoló en 2010. Un país donde
la mayoría de sus habitantes no superan el umbral de la pobreza,
subsistiendo gracias a la agricultura o la pesca, mientras tan solo unos
pocos privilegiados viven a cuerpo de rey. Pero independientemente de
esto, un país con una cultura muy rica y peculiar. Y es en esto último
donde reside el motivo de estos párrafos.
Gran conocida es la práctica del vudú
en este país. Pero de los muchos elementos que componen sus prácticas,
la más destacada y temida sin duda, es la que está relacionada con el
concepto zombi. No nos confundamos. No salen muertos de sus tumbas para
comerse el cerebro de los demás humanos. Se trata de un proceso, en que
una persona es envenenada, enterrada viva y posteriormente es
desenterrada y “resucitada”. Todo esto producido por el denominado
“polvo zombie” Puede parecer irreal o fantasioso, pero es una realidad,
que acabó llamando la atención en otros países y acabó siendo estudiada
por el antropólogo canadiense Wade Davis en los años ochenta.
Davis se trasladó a Haití, para indagar
acerca de este asunto y obtener más información sobre el “polvo zombi”.
En la cultura popular, el proceso de zombificación, por llamarlo de
alguna forma, estaba relacionado con un ritual mágico, algo oscuro,
llevado a cabo por el Bokor (un brujo) Sin embargo, como Davis pudo
saber, no era más que una práctica científica. Siguió estos rituales y
obtuvo respuestas.
¿Cuál fue la realidad detrás de toda esta superstición?
La realidad era que el Bokor, escogía a
la víctima, a la cual le suministraba el “polvo zombie”, vía
inhalatoria o ingerida en algún alimento o bebida. Este temido brebaje,
resultó estar elaborado con plantas como Mucunia pruriens, anfibios como
Rhinella marina o peces como Spheroides testudineus. Especies con
toxinas muy potentes, la más importante de todas la Tetrodotoxina, muy
presente en el pez anteriormente nombrado, más conocido como “Fugu”
(manjar altamente cotizado y demandado en Japón).
La Tetrodotoxina, es una de las toxinas
más potentes existentes, que provoca, entre otras cosas, parálisis
motora, bradicardias, hipotensión, bajada de la presión sanguínea, y
cuadros de respiración y pulso cardiaco muy débil. Un profundo estado
de catalepsia. Con esto, la persona puede ser dada por fallecida si su
entorno no presenta los recursos o la presencia médica adecuada. Esto es
precisamente lo que ocurria en Haití.
Pues bien, los familiares del “difunto”
daban sentida sepultura al envenenado. Posteriormente, el Bokor
procedía a desenterrar a la su víctima a lo largo de las 48 horas
posteriores, cuando el veneno comenzaba a dejar de tener sus efectos. La
persona recuperaba unas constantes vitales normales y “volvía la vida”.
Momento en el que el Bokor, le administraba otro brebaje.
Este otro preparado, era una pasta
compuesta por atropina y escopolamina. Ambos disociantes alucinógenos
con efecto en los neurotransmisores y en las endomorfinas del cerebro.
Las consecuencias de esto, es que el cuerpo de la víctima siguía vivo,
pero su mente no recuperaba una consciencia completa a causa de los
daños que el preparado causaba en el cerebro. Así, el “resucitado”, no
era más que una marioneta que seguía las ordenes de su “amo”.
Los motivos por los que hacían esto
solían ser por venganza, la llamada “justicia vudú”, de la que la
zombificación se consideraba la pena capital. Así, al menos, el cuerpo
seguía siendo útil, pues lo normal es que fuera puesto a trabajar a modo
de esclavo.
Se intentó en su tiempo controlar esto incluyendo en el
Código Penal Haitíano (artículo 246), a la zombificación como delito.
Artículo que se mantuvo hasta hace unos años.
Entre los casos documentados, dos de
ellos son los más conocidos. Uno de ellos es el de Felicia Félix-Mentor,
una mujer que supuestamente perdió la vida en 1907, pero que en 1936
fue encontrada vagando por las calles con síntomas de estar en estado
“zombie”, según los médicos que la revisaron.
El otro caso, es el de Clairvius
Narcisse, un hombre que, enterrado en 1962, encontrado dos años después
trabajando en una plantación de azúcar junto con otros esclavos. Por
suerte, el tiempo de exposición a la pasta de atropina y escopolamina no
fue tanto como el de otros, y consiguió recuperar en parte su estado
mental normal.
Sorprendente cuanto menos. Una práctica
que se remonta a siglos atrás, pero que aun hace apenas unas décadas
hay constancia de que se seguía practicando, quizá todavía a día de hoy.
Inquietante…
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